Control de políticas: la clave para gestionar el incremento de datos móviles

Randy Fuller, Director de Planeamiento de Negocio de Tekelec

Existe un incremento en el crecimiento de la banda ancha móvil, impulsado por los usuarios hambrientos de datos equipados con módems para computadoras portátiles o laptops, mini portátiles o netbook,s y teléfonos inteligentes o smartphones. Sólo en el primer trimestre de 2010, Latinoamérica agregó 20 millones de nuevas suscripciones a 3G, según datos de 3G Américas divulgados en mayo. No debe sorprender que los operadores de la región, como es el caso de Telefónica, que reportó un crecimiento del 43,6 por ciento en los servicios de datos, comparando el mismo período del año anterior, se estén concentrando en las aplicaciones habilitadas para datos como su nuevo motor de crecimiento.

El Dilema de los Datos: La oportunidad que brindan los datos no se presenta sin sus desafíos. Para el tráfico de voz y de mensajería, el costo de la banda ancha por abonado es bien comprendido y relativamente constante, lo cual no es verdad para los datos. La cantidad de banda ancha consumida por las diferentes aplicaciones puede variar dramáticamente. Un texto de e-mail enviado desde un Smartphone puede utilizar sólo uno o dos kilobytes (KB) de datos, mientras que descargar una página web puede consumir 500 KB o más, y los servicios de video pueden fácilmente devorar no sólamente megabytes sino gigabytes de datos. La cantidad creciente de usuarios de banda ancha móvil además de la creciente utilización de ancho de banda por usuario está generando un dilema para los operadores: las necesidades en la capacidad de banda ancha están creciendo más rápidamente que el ingreso asociado a la misma.

La firma de analistas de la industria, Heavy Reading, estima que la banda ancha en las redes 3G está creciendo a un ritmo de aproximadamente 400 por ciento anualmente, mientras que el ingreso asociado está creciendo a sólo un 40 por ciento anual. Presentándolo de forma simple, los operadores estarán transportando más datos por usuario por menos ingreso. A medida que los niveles de tráfico incrementan aceleradamente, los operadores están entendiendo de pronto que ni la economía ni las arquitecturas de distribución están a la par con la demanda ascendente de acceso a la banda ancha móvil.

Incrementando la Capacidad de Red con LTE: Frente a la creciente penetración de la banda ancha, los operadores están esperando a las tecnologías 4G, como LTE, para incrementar la capacidad y optimizar su arquitectura de red para dispositivos y aplicaciones habilitadas para datos. LTE, definida por 3GPP mediante las especificaciones contenidas en el Release 8 y extendidas en el Release 9, es una evolución de la tecnología del Sistema Universal de Telecomunicaciones Móviles (UTMS). Está diseñada para incrementar la banda ancha, reducir la latencia, reducir los costos operacionales y mejorar el desempeño de red para los servicios sensibles al tiempo tales como video móvil, TV móvil y navegación a través de la Web.

Las arquitecturas previas se basaban en dos dominios bien diferenciados: de conmutación de circuitos de voz y de conmutación de paquetes de datos. LTE presenta el Núcleo de Paquetes Evolucionado (EPC), un núcleo de red completamente basadoen el Protocolo de Internet (IP) que crea un marco de referencia convergente para ofrecer aplicaciones basadas en paquetes, en tiempo real y no real. El núcleo de red 3GPP separa los planos de control y de datos para mejorar el desempeño y crea una arquitectura más simple, más plana al mover una conjunto de funciones desde el núcleo de red al borde de red.

La Necesidad de Control de Políticas: Un componente clave de la arquitectura EPC es la función de políticas y reglas de cobro (PCRF). PCRF es una función ubicada y desplegada en el plano de control de la red. Se comunica con los sistemas de núcleo de red (por ejemplo, el Ggateway de la Red de Datos por Paquetes de EPC o un sistema de DPI), aplicaciones y plataformas de sistemas de soporte operacional/sistemas de soporte de negocios (OSS/BSS) para gerenciar la información del abonado y de red de acuerdo a las reglas de negocio creadas por el operador. Estas reglas definen cómo se asignan los recursos de red de banda ancha a los abonados y a las aplicaciones, y bajo qué condiciones. Por ejemplo, durante los períodos de congestión, un operador puede desacelerar la banda ancha y los recursos para los usuarios que acuerdan pagar menos por una clase de servicio no garantizado y puede asignar recursos respaldados con calidad de servicio (QoS) a quienes han pagado por el máximo nivel de desempeño.

En entornos de datos legados, los operadores utilizaban sistemas de aprovisionamiento, tales como la autenticación, autorización y contabilidad (AAA), para configurar perfiles, que eran aplicados por única vez cuando el usuario establecía una sesión de datos. Este enfoque estático era suficiente cuando regía un modelo con una única opción y con tarifa plana. Sin embargo, a medida que los servicios personalizados continúan creciendo, los proveedores móviles deben ser capaces de diferenciar en base al nivel de servicio, el nivel del abonado, el roaming y la localización del mismo, la condición de la red, y la aplicación. Además, deben ser capaces de realizar estas distinciones tanto al inicio de la sesión como en la mitad de la misma. Para ajustar económicamente sus operaciones, incrementar el ingreso y retener a los clientes, los proveedores necesitan una solución de control de políticas centralizada para administrar la creciente sofisticación de las aplicaciones de banda ancha.

Junto con los desafíos relacionados con el ofrecimiento de servicios diferenciados, se presenta el tema de administrar el consumo de banda ancha asociado. Los aspectos económicos básicos de costos de red versus el valor del abonado que han impulsado el despliegue de la banda ancha, están bajo presión a medida que el crecimiento de la banda ancha amenaza inclinarse en contra de losoperadores.

Este asunto se ha vuelto especialmente apremiante a la luz del rápido incremento en el uso de dispositivos de video móvil y aquellos habilitados para datos móviles. Se espera, por ejemplo, que los smartphones consuman tanto como 50 veces más banda ancha que los equipos celulares centrados en la voz. Los incrementos exponenciales en el tráfico de datos pueden congestionar las redes al punto que una cantidad importante de usuarios puede encontrarse con experiencias pobres de servicios. Sin soluciones inteligentes disponibles para gestionar el dramático crecimiento en el consumo de banda ancha, es muy probable que los clientes se frustren con un servicio degradado, especialmente durante las horas de uso pico.

Conclusión: Mientras que las redes LTE distribuirán más banda ancha bruta, la totalidad de dicha banda ancha podría ser consumida rápidamente por los videos u otros usos intensivos de banda ancha, si los operadores no administran efectivamente a sus usuarios con un enfoque de política dirigido y en tiempo real. Desde la priorización a la categorización, la combinación de LTE con el control de políticas promete ayudar a resolver los desafíos económicos claves de la banda ancha móvil y apoyar a una nueva generación de servicios generadores de ingreso. Equipados con una gestión inteligente de políticas, los operadores pueden perfilar y administrar las exigencias de red así como los ingresos de las diferentes clases de clientes, las inversiones de capital y el crecimiento generalizado del mercado de la banda ancha móvil.

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