Telebrás: el sueño brasileño de backbone público

Desde hace largo tiempo, el Gobierno brasileño tiene un sueño dentro de su proyecto de telecomunicaciones: poseer una estructura estatal para la expansión de los servicios de banda ancha en el país. Y dentro de este plan la idea principal apunta a resucitar a Telebrás, antigua empresa originaria del mercado de telecomunicaciones actual, tras su privatización y concesión realizada según una división geográfica, que dio lugar a las incumbentes. Este sueño, fuertemente apoyado por el Presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, no terminó de concretarse durante su mandato, pero parece tener futuro dentro del Plan Nacional de Banda Ancha (PNBL, Plano Nacional de Banda Larga) que lleva adelante el país.

Incluso, si la corriente política que lidera Lula continúa al frente del Gobierno, el proyecto tiene una ferviente defensora. La candidata oficialista a la presidencia de Brasil, Dilma Roussef, habló de utilizar, a través de Telebrás, las redes de fibra óptica de las compañías eléctricas y los gasoductos de Petrobrás para el despliegue de la infraestructura de banda ancha en el país, y propuso iniciar asociaciones público-privadas para ampliar la cobertura de banda ancha de 12,2 millones a 40 millones de brasileños. Aún más, la candidata aseguró que para esto se invertirán 1.700 millones de dólares hasta 2014.

La idea es que Telebrás sea una especie de mayorista de acceso para terceras empresas, posibilitando la reducción de los costos de acceso, fomentando la prestación de servicios en áreas desatendidas y el incremento de la cobertura a través de su red. En la práctica la compañía aún no empezó a vender estos enlaces, pero ya se divulgó un listado con las 100 primeras localidades que estarán beneficiadas con el backbone público de Telebrás, y eso ya despertó a algunos proveedores de Internet. De hecho, según la prensa brasileña, Telebrás ya recibió pedidos de diferentes ISPs por un total equivalente a 20 GB. El objetivo del PNBL es ofrecer cada MB a un costo de 230 reales (aproximadamente 134 dólares), lo que resulta un valor muy inferior a lo que actualmente se ofrece en el mercado. En este sentido, Rogério Santanna, Presidente de Telebrás, aseguró que el costo medio de cada MB hoy en día ronda los 1.800 reales, es decir, un poco más de 1.000 dólares.

Pero lo cierto es que, más allá de la voluntad política oficialista y las buenas expectativas que se abren con la demanda, Telebrás aún no está operando. A mediados de mes se dio inicio a una consulta pública del pliego correspondiente a la compra de equipamiento basado en DWDM (Dense Wavelength Division Multiplexing), tecnología que permite la transmisión de datos de terabits por segundo con un sólo par de fibra óptica y que es la elegida para “iluminar” la fibra óptica de Telebrás. La consulta estará abierta hasta comienzos de octubre, luego de lo cual se lanzará el pliego. Además de la adquisición de equipos, serán contratados también servicios de instalación, operación inicial de la red, entrenamiento a operarios de Telebrás y asistencia técnica, entre otras cosas.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con el papel que se le quiere otorgar a Telebrás dentro del PNBL. El senador Roberto Cavalcanti (PRB-PB) cuestionó el liderazgo de la compañía estatal en el proyecto y señaló que las empresas privadas del sector pueden realizar mejor la tarea encomendada a Telebrás si ven sustancialmente disminuida la elevada carga tributaria. Además cuestionó que se comience un camino inverso al proceso implementado hace poco más de una década cuando se dio la privatización de Telebrás, y puso en dudas el verdadero tamaño del pasivo que arrastra la empresa estatal, escollo importante de cara al futuro, lo que implicaría una millonaria inyección de recursos por parte del Estado.

Por eso, otra alternativa que el Gobierno maneja sería la extinción de Telebrás y la creación de una nueva empresa pública para incorporar al PNBL, pero esto parece sólo una posibilidad muy remota que quedó en el pasado. Tampoco se desconoce que las empresas privadas del sector no ven con buenos ojos al rol de este actor estatal al frente del PNBL, pero por el momento evitan manifestar abiertamente su posición. La realidad es que la consulta pública está abierta y el camino de Telebrás, aunque sea en sus primeros pasos, ya comenzó.

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