Los servicios de televisión móvil a través de teléfonos celulares o dispositivos portátiles parecen recibir una mala noticia con el anuncio de Qualcomm de discontinuar su servicio al por menor de FLO TV, con el que no sólo vendía un dispositivo que se conectaba a su red FLO en Estados Unidos por 250 dólares sino que cobraba 15 dólares al mes por acceder a sus contenidos. Al parecer ha sido precisamente el precio del servicio lo que ha prevenido que éste fuese adoptado de forma exitosa por los usuarios de ese mercado.
La aventura FLO (o Media FLO) de Qualcomm tiene muchos capítulos, incluidos algunos en Latinoamérica, donde la empresa mantenía, y quizá siga manteniendo, discusiones con algunos grupos televisivos como por ejemplo Televisa en México para vender su sistema de distribución de contenidos televisivos a dispositivos móviles.
El primer capítulo importante se produjo cuando la empresa decidió lanzar su propia red FLO para vender capacidad en el mercado mayorista a los operadores o a quien quisiera usar dicha capacidad para proveer servicios de televisión en movimiento. Los operadores AT&T y Verizon Wireless se sumaron rápidamente a la oferta en un intento de comprobar el potencial de los servicios de televisión en el móvil sin tener que jugársela con grandes inversiones, ya hechas por el propio Qualcomm, y, por otro lado, les permitía no embarcarse en una oferta de televisión móvil a través de sus colapsadas redes de datos.
En definitiva, Qualcomm ofrecía una oferta muy conveniente para testear unos servicios que hace años se venden como imprescindibles pero que una y otra vez terminan por defraudar a quienes apuestan por ellos.
Sin embargo, los operadores tampoco han reportado cifras de adopción que le despeinen a ninguno de ellos la melena. Analistas del sector de ese mercado aseguran que el fracaso de la red no es la red en sí, ni el servicio, sino el precio mensual y, sobre todo, la poca promoción que le han dedicado los dos operadores en cuestión.
Precisamente esa falta de dedicación debió forzar a Qualcomm a embarcarse donde nunca debió. Porque una cosa es venderle chips a los fabricantes de dispositivos y otra muy distinta es vender un dispositivo y servicios al por menor. Otros con mayor llegada en ese sector y apoyados por servicios de mayor adopción como la banda ancha móvil también han fracasado. Y sí, nos estamos refiriendo a Google y su Nexus One —que ganas teníamos de volver a tener la oportunidad de comentar que acertadamente predijimos el fracaso del teléfono móvil de Google—.
Y es que a Qualcomm jugársela él mismo le ha dado siempre bastante buen resultado. Ya lo hizo en los años 80 y 90 con su tecnología CDMA. Si el mercado no reacciona a una solución en la que la gerencia de Qualcomm cree, ellos mismos le demuestran al mercado cómo y por qué si funciona. Con CDMA el éxito fue tal que no sólo crearon una industria entera, sino que incluso su propia división de dispositivos acabó siendo adquirida por Kyocera.
Con FLO los resultados no han sido ni un poco parecidos a los obtenidos con CDMA a pesar de que seguramente las inversiones fueron mucho mayores esta vez. Para Qualcomm no hay drama que contar. La empresa no notará apenas el impacto porque es una máquina de generar ingresos con sus chips para 3G y su futura venta de chips 4G. Eso sí, algunos empleados de la división de FLO si tendrán un drama que contar en unos meses.
Por si fuera poco, la red podría venderse a algún grupo de televisiones o incluso los activos espectrales donde se asienta FLO podrían interesar a varios de los operadores en busca de obtener mayores activos espectrales para poder hacer frente a la creciente demanda de banda ancha móvil. Es posible que sólo la venta del espectro le devuelva a Qualcomm una gran parte de su inversión.
Pero ¿Y los operadores y sus expectativas con respecto a la televisión móvil? Discontinuar FLO pone, sin duda, un gran signo de pregunta sobre los servicios de televisión en el móvil. Sin embargo, al ser una iniciativa de Qualcomm de prueba y error, no dramatizaremos el resultado de su experimento, porque Qualcomm no era la empresa que debía sacar estos servicios al mercado, ya que esto debería ser cosa, primero, de los operadores móviles y, segundo, de las televisiones. Hasta que estos dos grupos de empresas no se pongan las pilas, y más importante se jueguen su capital, no sabremos el verdadero potencial de la televisión en el móvil.
