El grande, el más grande y el menos grande

En una mala simulación del mítico western “The Good, the Bad and the Ugly” (1966), el mercado de telefonía móvil de Estados Unidos puede pasar a ser precisamente eso, un mercado de a tres, donde el “menos grande” Sprint, se opone a que el “grande”, AT&T, pase a ser el “más grande” y, el aún “más grande”, Verizon Wireless, quede relegado a ser el “grande”, a pesar de que este último declare que el cambio de roles no le inquita ni altera su estrategia.

Hace dos semanas el mercado de la telefonía celular en Estados Unidos recibía la impactante noticia del acuerdo entre AT&T y T-Mobile, por la cual la primera compraba a la segunda por 39.000 millones de dólares. De aprobarse la operación por las autoridades, AT&T pasaría a ser el operador de mayor tamaño.

Y es aquí donde aparece el problema “de aprobarse la operación por las autoridades”. El debate sobre quién gana y pierde con esta jugada centra ahora los debates en el sector. Incomprensiblemente la discusión se centra únicamente en Sprint, el operador que ha mostrado mayores reticencias, y en los usuarios. Pero de esta compra saldrán otros perdedores que por ahora no salen a escena.

Lo primero es reconocer nuestra firme creencia de que la compra se aprobará con la inclusión de ciertas reglas del juego para AT&T. El operador se saldrá con la suya, entre otras cosas, porque gasta siete veces más en lobby en Estados Unidos al año que Sprint, según hemos leído en The Wall Street Journal. Ese músculo político le servirá para argumentar que sin más espectro no es posible seguir innovando en el sector, independientemente de si hay uno o 20 operadores nacionales, y que la compra de T-Mobile garantizará los servicios de datos que ofrece sin degradarlos como le sucede en la actualidad.

Es de suponer que ninguna operación de esta magnitud se negocia sin antes contemplar las barreras regulatorias que puede aparecer y cómo sortearlas. Es posible que haya habido incluso consultas informales con algunos de los miembros que podrían decidir sobre la aprobación—todo este párrafo es pura especulación Telesemanesca.com—

Sprint se opone a la compra porque considera que el mercado quedará configurado como un duopolio, lo que afectará notablemente a los consumidores con una potencial subida de precios y menos competencia. Pero, si a Sprint le eliminan a un competidor, T-Mobile, y hay menos competencia y encima se genera un duopolio ¿por qué se considera perjudicado?

En situaciones similares donde hay mercados con tres operadores donde dos operan como duopolio, el tercero, en teoría, saldría ganando porque se ampara en los superiores precios de los dos dominadores para tener mayores márgenes y menor nivel de competencia en su segmento, ya que no compiten con ningún operador de su tamaño ni tampoco contra los grandes. Si se reduce la competencia y los precios suben, no debería Sprint celebrarlo.

Por otro lado, en la práctica, que dicha configuración de mercado suele ser perjudicial para el tercer operador en disputa, aunque la evidencia apuntaría más a una mala gestión del propio operador que a una configuración de mercado desfavorable.

En cualquier caso, Verizon Wireless, que supuestamente debería ser el más perjudicado, por aquello de perder su condición moral de líder de mercado, ha dicho que esta compra no le molesta y que no van a perder el tiempo con ella. Es decir, que Sprint no espere, por ahora, una ayuda pública de este operador.

Sprint no debería ser el que más alzara la voz por esta reconfiguración de mercado. Los primeros que deberían poner el grito en el cielo son los operadores regionales, que tendrán menos operadores con los que negociar acuerdos de roaming que son fundamentales para ofrecer una cobertura nacional.

Los usuarios, que tendrán menos opciones y mayores precios, también deberían movilizarse para que no se reduzca el número de operadores. Porque, por ejemplo, AT&T tiene una estrategia muy centrada en Apple en el segmento de smartphones y ahora recién inicia su andadura con Android. T-Mobile se ha concentrado en Android y no comercializa el iPhone.

AT&T recientemente ha iniciado una estrategia de utilización de sus hotspots para aliviar la congestión de su red de datos, mientras que Wi-Fi tanto para voz y datos era parte de la estrategia de T-Mobile desde hace años a través de la tecnología Unlicensed Mobile Access (UMA).

Las estrategias de expansión de red tampoco era similares. AT&T planea lanzar LTE, mientras que T-Mobile se iba a concentrar en llevar HSPA+ hasta sus máximos límites. A finales de 2010, T-Mobile y Nokia Siemens Networks (NSN) anunciaban una versión adicional de HSPA que llamaron Long-Term HSPA Evolution ¿Si AT&T compra a T-Mobile, seguirá en pie el despliegue de esta tecnología?

Es decir, la compra afecta directamente a los usuarios porque las ofertas y estrategias tecnológicas de ambos operadores eran lo dispares que pueden llegar a ser teniendo en cuenta que ambos son operadores móviles de la familia GSM. La alteración de estas ofertas dispares debido a sus estrategias divergentes afectan a proveedores de infraestructura, dispositivos, software, servicios y una larga lista de empresas que forman el ecosistema.

El problema no está en el efecto directo de la configuración y posibilidades de los operadores móviles, excepto en el caso de los regionales, sino en cómo la aprobación de esta mega compra y eliminación de uno de los cuatro grandes operadores afecta al resto de la industria en general.

Continuará …

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6 Comentarios

  1. Si la compra se finiquita dentro de unos meses, quizá en un futuro no muy lejano estemos presenciando la compra de Sprint (Cdma) por parte de Verizon (Cdma) lo que conllevaría a un verdadero duopolio. Me pregunto por qué Telefónica no se aventuró a comprar a T-Mobile USA o es tan complicado ese mercado?

    • Puestos a especular, por qué no los compró América Móvil que ya tiene un MVNO en USA, Tracfone y que además le iría de perlas para poder tener un servicio integrado con Estados Unidos.

  2. Sprint lleva años con problemas para competir con AT&T, Verizon Wireless y T-Mobile. Su compra de Nextel no le ayudó, más bien le complicó la existencia debido a la integración. Tampoco ha sabido sacar partido de su aventura WiMAX que en su día le puso como empresa pionera en la oferta de banda ancha en lo que a velocidades de transmisión de refería. Así, el principal competidor y peor enemigo de Sprint es el propio Sprint, y no tanto los otros operadores. Este operador ha tomado una serie de decisiones erróneas en los últimos tiempos en cuanto a compras y estrategias que han sido nefastas para sus operaciones. Deberían preocuparse más por eso que por la compra de T-Mobile.

  3. Estoy de acuerdo en que Sprint se vera perjudicado, pues aun cuando su competidor desaparece (T-Mobile) tambien lo hace el segmento de mercado que este poseía, lo cual, al final, se traduce en una disminucion del tamaño de su mercado objetivo. Por otra parte el quedará sólo para enfrentar el duopolio representado por el grande y el mas grande.

  4. Aun cuando la competencia de Sprint representada por T-Mobile desaparezca de la escena, hay que agregar que el segmento de mercado de T-Mobile pasara a jugar entre los grandes, lo que realmente reduce el radio de acción a Sprint quien se encontrará solo contra el duopolio.

  5. Sprint va a perder con la compra porque antes competía con T-Mobile y ahora competirá por esos usuarios con un AT&T mucho mas poderoso.

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