Chile “no” pierde el liderazgo, pero el gobierno se ofende ante esa posibilidad

Andan revueltas las aguas en Chile desde que esta semana IDC presentara su última versión del Barómetro Cisco, que mide la adopción de la banda ancha en Latinoamérica. Según este estudio, Chile habría perdido su liderazgo a favor de Uruguay y Argentina. Este también sería el primero en el que el gobierno chileno no colabora con el estudio de IDC, según declaraciones del Subsecretario de Telecomunicaciones (Subtel), Jorge Atton, a la prensa local.

El liderazgo “porcentual” en el segmento de la banda ancha  de Chile en el Barómetro Cisco data de 2002, cuando se lanzó la primera edición y desde entonces el gobierno chileno, como el resto de países mostrados, había colaborado en su elaboración. Este año, descubrimos que Chile había declinado participar por no estar conforme con la metodología, donde la banda ancha móvil no se computa junto con la fija. Por ello, Atton anuncia que Chile lanzará su propio índice, donde la banda ancha móvil estará en la misma categoría que la fija, lo que devolverá a su país a lo más alto de un podio con una importancia relativa.

La reacción de Atton, en representación de Subtel y de Chile, tiene tanto de exagerado como de defensivo. El propio IDC justifica el por qué Chile pierde un primer puesto simbólico, argumentando que este hecho se produce debido a la madurez del mercado en lo que a banda ancha se refiere. Es decir, Chile sigue manteniendo un liderazgo general porque está en una etapa de madurez única en Latinoamérica, aunque haya perdido la batalla “porcentual”.

Las declaraciones de Atton asegurando que de todas formas Chile no se compara, necesariamente, con el resto de la región sino con los países de occidente vuelve a dar indicios sobre cuan mal ha caído la última entrega del Barómetro Cisco.

Chile no es líder de banda ancha fija o móvil únicamente por el número de usuarios que tienen acceso. Es líder de mercado por muchos otros factores que rodean al segmento. Los porcentajes, así en seco y sin un contexto, son poco fiables e interpretables de muchas formas. Ofrecen un indicativo muy generalista sobre la situación de un mercado, pero nunca puede ser fuente de una aseveración en firme sin tener en cuenta otros factores.

Chile ha demostrado un liderazgo en el sector de las telecomunicaciones en forma de regulación, incentivación de la inversión, lanzamiento de nuevos servicios, operadores avanzados en sus ofertas y tecnologías, y por contar con una economía capaz de ofrecer a sus ciudadanos los recursos necesarios para demandar mayores prestaciones en telecomunicaciones. De hecho, el liderazgo de Chile trasciende al propio sector de las telecomunicaciones.

Esto no quita que países como Uruguay y Argentina no merezcan también ser reconocidos por los nuevos datos del Barómetro, pues en ambos mercados los gobiernos se han movilizado para aumentar la penetración de la banda ancha y de ahí que hayan igualado a Chile en esa faceta—la diferencia de penetración de banda ancha  reportada por el Barómetro entre los tres países a nivel porcentual es mínima—.

Lo que siempre hará bien Chile es seguir su camino, dejando en anecdóticos los estudios de terceros, que persiguen informar y crear marca, que ayudan al resto a tener una radiografía de por donde anda la región en cuanto a la banda ancha, pero nunca deben ser un documento por el cual un gobierno deba dar explicaciones sobre la situación de su mercado, porque para eso se necesitaría un análisis más profundo.

Esperemos que los resultados y la reacción de Subtel no fomenten la aparición de organizaciones ventajistas que aprovechen la coyuntura para pedir más fondos o cambios en la estrategia actual del gobierno chileno, pues no se ha demostrado todavía que su estrategia actual vaya mal encaminada.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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