El SAC-D Aquarius ya se encuentra en las instalaciones de la NASA, donde se iniciaron las operaciones para su integración al cohete Delta II. El satélite -que servirá para medir la humedad del suelo a gran escala y la salinidad de mares y océanos de forma global para elaborar alertas tempranas de inundaciones-a largo plazo- fue trasladado a Estados Unidos luego de superar exitosamente las pruebas hechas en Brasil donde se simularon las condiciones que enfrentará en órbita.
El satélite fue fabricado en Bariloche, en la patagonia argentina, por la empresa local INVAP con la colaboración de la NASA y las agencias espaciales de Brasil, Canadá, Francia e Italia. La empresa patagónica también trabaja en otro satélite, el Arsat-2, -de 2,9 toneladas- que será puesto en órbita a mediados del año 2013 y tendrá capacidad para prestar servicios de telefonía móvil, Internet de banda ancha y TV digital.
“Esto muestra que la Argentina sigue estando en la frontera de la exploración espacial en el área de observación de la Tierra”, afirmó ayer el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales al diario La Nación.