Frenan la venta de ETB pero la incertidumbre sigue

Con una abrumadora mayoría, el Concejo de Bogotá descartó el proyecto que proponía la venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB). La única voz en contra que se escuchó fue desde la banca de Cambio radical, que argumentó que la empresa, tal y como está, es inviable financieramente. El resto sólo remarcó que la empresa tiene solidez financiera, pero encontrar alternativas o propuestas que definan el camino a seguir durante los próximos años es casi una misión imposible. El propio secretario de Hacienda, Héctor Zambrano, reconoció que “con esto no termina la tarea”, pero tampoco adelantó qué es lo que sigue.

Con la falta de definiciones, el tiempo pasa y ese es el peor tratamiento que puede recibir la ETB. Con las idas y vueltas, se devalúa su imagen –a la par de las acciones– y se entorpece un sinuoso camino en el que por ahora no se vislumbra el destino, pero lo que es peor aún, no se tiene idea de hacia dónde se está conduciendo.

Es interesante hacer una retrospectiva por el camino de la empresa para descubrir que el inicio de la discusión se asemeja bastante al punto donde nos encontramos hoy. Durante el 2010, la compañía -que cuenta con el 88 por ciento de las acciones en manos de la Alcaldía de Bogotá- se propuso encontrar un socio estratégico dispuesto a inyectarle recursos.

En algún momento estuvieron cerca el grupo Telefónica, Telmex y Oi pero finalmente el proceso concluyó sin ningún acuerdo y la ETB debió continuar su camino sin compañía. La estatal indicó que ninguna de las empresas interesadas había aportado la garantía prevista para licitar.

A poco de que se agotaran las hojas del calendario 2010, la junta directiva recomendó la venta de las acciones ante la dificultad para conseguir financiamiento que logre mejorar la competitividad de la compañía. La venta del operador parecía inminente y en ese momento se estimaba que el valor de la ETB oscilaba entre 1.052 y 1.263 millones de dólares.

Cuando recién arrancaba el 2011, la Procuradora Delegada para la Vigilancia Administrativa, María Eugenia Carreño, remarcó la importancia de vender la compañía municipal. Sin embargo, apenas una semana más tarde, la junta directiva apareció una vez más, pero esta vez para anunciar que no se reabrirá el proceso de venta del operador. Aquí todavía no se hablaba sobre si la compañía tenía solidez económica. El argumento fue que los productos y alcances no habían despertado el interés de terceros.

Un mes más tarde, el Gobierno del alcalde Samuel Moreno -que más adelante sería destituido e investigado por irregularidades durante su gestión- se mostró dispuesto a concretar la privatización, ya que era “la mejor alternativa con el fin de maximizar el retorno” para los accionistas. La por entonces secretaria de Hacienda, Beatriz Arbeláez, explicó sin tapujos que “ETB no está en capacidad de generar los fondos internos necesarios para acrecentar su valor futuro”.

Para escapar de la privatización, el concejal Jaime Caicedo propuso hace dos meses un plan de salvamento para que ETB logre competir en el sector de las telecomunicaciones. Sugirió fortalecer financieramente a la empresa con 840.000 dólares durante los próximos cinco años. “La propuesta es que las utilidades de ambas empresas (ETB y la Empresa de Energía de Bogotá), que son entregadas a la ciudad anualmente como dividendos, se reinviertan directamente en el financiamiento de los proyectos de fortalecimiento y expansión de negocios de la ETB”, explicó Caicedo, pero poca repercusión causó entre sus pares.

En medio de estas curvas y contracurvas, el partido Polo Democrático Alternativo (PDA) denunció irregularidades en la negociación de acciones. El partido de izquierda advirtió que se habrían manipulado el precio de las acciones para lograr bajarlas al momento de la privatización. El hecho “puede significar un importante detrimento patrimonial para el Distrito”, advirtió el PDA a través de un comunicado.

Esta semana, luego de que se conociera la decisión del Concejo de no vender la compañía, el secretario de Hacienda, indicó que la próxima administración distrital encontrará una hoja de ruta avanzada y “lo más posible es que nosotros alcancemos a comunicar las nuevas alianzas”. Sin embargo no dio mayores detalles sobre los planes a futuro y adelantó que la polémica seguirá luego de las elecciones previstas para finales de octubre.

Es sin dudas, un tedioso camino que da la sensación de haber sido altamente transitado, pero en el que se ha avanzado muy poco. Y para peor, el concejal Andrés Felipe Arbeláez indicó que el proyecto para la venta de la compañía se podría presentar nuevamente por parte de la Administración, en cualquier momento. Así está la ETB: parada en el mismo lugar, sin mapa y con la incertidumbre de no saber hacia dónde ir.

César Salvucci es un periodista argentino egresado del instituto Taller Escuela Agencia (TEA) y actualmente cursa la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires. Sus primeros pasos en el periodismo fueron en el área cultural, dentro de la Fundación Proa. Más tarde trabajó en la redacción del diario Clarín y luego se destacó como cronista televisivo para el portal Prensa Política, donde siguió de cerca la agenda nacional e internacional entrevistando a las figuras más relevantes de la esfera política. Ahora forma parte del canal de noticias CN23 y desde mayo de 2011 escribe para TeleSemana.com haciendo foco en los sucesos más importantes del sector de las telecomunicaciones en América Latina y el Caribe.

4 Comentarios

  1. En nuestro país cada vez vemos mas este tipo de problemas donde distintos proyectos o iniciativas propuestas por gobierno nacional o distrital -como en este caso-, no obtienen los avales del cabildo por no ser claros y completos (se desconocía el mapa completo de finanzas con activos-pasivos-carga prestacional y pensional,etc), de modo que se rechazan para evitar vacíos que permitan fuga de dineros públicos. La argumentación del concejal Arbelaez no denota oposición per se a la venta sino antes llama a la transparencia y que se realice con el mejor beneficio para el Distrito Capital.

    • Así es. Entonces será momento que las distintas partes hagan un mea culpa. Cuanto más tiempo demore en llegar la definición, peor será para ETB y por ende, peor para el Distrito. Saludos,

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