La portabilidad, ¿atrapada en la idiosincrasia argentina?

Están los países desarrollados, los países en vías de desarrollo y está Argentina. Una categoría aparte, difícil de explicar, un universo extenso donde todo es posible, grandioso, e impredecible. Estamos los argentinos, grandiosos e impredecibles. Y están los gobernantes, más impredecibles que grandiosos.

Esta semana, el Gobierno Nacional retrasó los plazos previstos para el inicio de la portabilidad numérica. Estaba previsto que el sistema arrancara a fin de año, pero ahora llegará recién en junio de 2012. Según informa El Cronista, los cambios fueron definidos en conjunto por la Secretaría de Comunicaciones y la de Comercio Interior.

Los planes originales establecían que en mayo debían estar definidas las especificaciones técnicas y operativas. En este momento debió haberse concretado la licitación y contratación de la empresa que estará a cargo de administrar la base de datos. Luego de la instrumentación técnica, en octubre se debía informar a los usuarios para que en diciembre comenzaran a usar la portabilidad.

Sin embargo, ninguno de estos plazos se cumplieron y las demoras obligaron a las autoridades a establecer un nuevo cronograma. Pero el retraso data de hace mucho tiempo atrás. La portabilidad numérica se aprobó en el decreto 764 del año 2000 con la firma del ex presidente Fernando De la Rúa. Seis presidentes -en sólo 11 años- pasaron desde entonces y la portabilidad sigue siendo una promesa.

Hablar de portabilidad numérica hace más de una década no estaba nada mal para la región. Somos pioneros, aunque claro con algunas demoras. Siempre entre el bien y el mal, amigos del vértigo, caminando por la cornisa.

Claro, a lo largo de los últimos once años Argentina cayó en una de sus crisis sociales y económicas más graves de su historia. Pasamos de ser “el pedacito de Europa en América Latina” -como algunos se encargaron de bautizar al país durante la década de los 90- a tener a la mitad de los habitantes en pobreza extrema. La portabilidad podía esperar.

Lejos de ser una fría crítica, esto intenta ser una fervorosa defensa. Soy argentino y no puedo escapar de ello por más pasaporte extranjero que consiga. Algunos pensarán que ser argentino es tan fácil como ser un brasilero feliz que samba en las playas, o un chileno que mantiene estructuras para organizar su vida, o un uruguayo respetuoso y educado. No señores. Difícil tarea la nuestra.

Somos pasionales y defendemos cada idea -por más insignificante que sea- con uñas y dientes. A menos que haya una propuesta interesante que nos haga cambiar de parecer casi por arte de magia. Ya lo decía Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros”.

Tenemos que trabajar duro los  fines de semana en cada parrilla que largue humo, para garantizar que nuestras carnes son las mejores del mundo. Cada cuatro años somos los candidatos a quedarnos con la Copa del mundo de la FIFA, pero siempre sufrimos y terminamos con el corazón destrozado. Maldecimos, pero al poco tiempo ya nos recuperamos y alentamos como si nada hubiera pasado. Recuperación. Una de nuestras grandes virtudes.

La melancolía e introspección del tango se fusionan con la adrenalina y pasión del fútbol, lo que genera una extraña ambigüedad que sólo conduce al mundo de lo impredecible. El retraso en la portabilidad poco tiene que ver con una decisión de este Gobierno -ya pasaron seis- y tiene mucho más que ver con la idiosincrasia local. Basado en esto me atrevo a cuestionar la llegada del sistema para junio de 2012. ¿Por qué ahora se deberían cumplir los nuevos plazos?

Por otro lado, la portabilidad numérica hubiera llegado en este momento con un escenario bastante particular: en Argentina no hay teléfonos. Crease o no. Tanto en los locales como en las tiendas virtuales, Movistar, Claro y Personal redujeron notablemente su abanico de ofertas, ya que las trabas a las importaciones extinguieron a la mayoría de smartphones y ahora hay que esperar que comience el ensamble local en Tierra del Fuego. ¿De qué sirve la portabilidad si el usuario no puede migrar a otro operador porque no hay ofertas de celulares atractivos?

Es como si cada medida se pensara de manera aislada, sin analizar el conjunto. Lo que nos permite crecer, pero escalonadamente, atando con alambres, a lo argentino.

A veces las sutilezas pasan inadvertidas, pero es importante rescatarlas. El Kirchnerismo llegó al poder hace ocho años bajo el slogan “Un país en serio”. Lapidaria frase, que sólo podría ser utilizada en Argentina. Sin embargo, era efectiva. Nuestra tambaleante historia, la falta de preparación de los cuadros políticos y la sumisión a la hora de negociar nos habían convertido en un chiste.

Vivimos años relajados en la tranquilidad de nuestra riqueza de recursos naturales y en la supremacía de nuestro ego. Somos grandiosos, pero todavía no logramos confirmarlo. Estamos trabajando en eso, aunque todo puede cambiar mañana. Eterno tire y afloje.

La portabilidad pudo haber llegado hace un año, hoy o dentro de 12 meses. La demora no es tan grave como la falta de previsibilidad. Es lo primero que pide cualquier inversor. Ciertas garantías que se mantengan a lo largo del tiempo y cierta coherencia que defina a un país sin importar el gobierno que esté de turno.

César Salvucci es un periodista argentino egresado del instituto Taller Escuela Agencia (TEA) y actualmente cursa la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires. Sus primeros pasos en el periodismo fueron en el área cultural, dentro de la Fundación Proa. Más tarde trabajó en la redacción del diario Clarín y luego se destacó como cronista televisivo para el portal Prensa Política, donde siguió de cerca la agenda nacional e internacional entrevistando a las figuras más relevantes de la esfera política. Ahora forma parte del canal de noticias CN23 y desde mayo de 2011 escribe para TeleSemana.com haciendo foco en los sucesos más importantes del sector de las telecomunicaciones en América Latina y el Caribe.

12 Comentarios

  1. Hoy se conoció un comunicado de la Secretaría de Comunicaciones desmintiendo cualquier retraso en la portabilidad. “Se recuerda que las compañías telefónicas (…) deben avanzar en la implementación de acuerdo a los plazos vigentes, o serán pasibles de ser sancionadas por incumplir esta normativa”.  Habrá que esperar y ver qué pasa.

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