Iusacell –perteneciente al Grupo Salinas- solicitará ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) la revocación de los títulos de concesión de Nextel y Telmex en la banda de 3.4 GHz, ya que entiende que las compañías “no usan el espectro”.
Según publicó El Universal, Luis Niño de Rivera, representante legal del Grupo Salinas, explicó que “la obligación de todo concesionario es echar a andar el servicio a los 180 días después de haber recibido la concesión y (Nextel y Telmex) llevan cinco años especulando y acaparando un bien público”.
Las acusadas salieron rápidamente a aclarar que el espectro en cuestión sí está siendo utilizado para cobertura rural, en el caso de Telmex, mientras que Nextel indicó que la banda se usa “para transmisión de datos, aplicaciones de transporte y escuelas rurales”.
Esta no es la primera vez que Iusacell señala con el dedo acusador. Previamente se había presentado ante la justicia para intentar frenar la licitación 21 (1.7 Ghz) llevada a cabo por la Cofetel. Las condiciones de aquella subasta hacían que el único postor que pudiera acceder a una frecuencia fuera el consorcio formado por los entonces flamantes socios, Nextel y Televisa.
Es que ante la vigencia del tope de espectro para los operadores existentes, el consorcio antes mencionado era el único que pudo acceder al espectro y lo hizo a un precio muy bajo. Y es precisamente este aspecto el que constituyó el centro de la discusión. El Grupo Salinas pidió que la acumulación de espectro fuera considerada en lo individual por cada una de sus filiales, perola Justicia le dio la razón ala Comisión Federal de Competencia (CFC) que había determinado que dichos límites aplicaban para el grupo de interés económico en su conjunto.
Lo que parecía una victoria para Nextel en realidad fue una maniobra legal de Iusacell que logró dilatar el asunto y el gran motín: quedarse con la alianza de Televisa.