Costa Rica comienza de a poco a tomar aspectos de otros mercados con músculos desarrollados. Con la apertura de las telecomunicaciones también empiezan a aparecer los primeros conflictos. Esta vez, Movistar presentó ante la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) una objeción contra el contrato de interconexión firmado entre Claro y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
“Hemos objetado el contrato de interconexión de Claro en defensa del consumidor y de las consecuencias negativas en su contra en el marco de un mercado de libre competencia”, indicó Matías Señorán, vocero de Movistar, según publicó La República.
Con esta medida, la filial de Telefónica logra retrasar al menos por unas semanas el lanzamiento de su competidor, a la espera de que las autoridades resuelvan la disputa.
De cualquier manera, es necesario recordar que la denuncia de Movistar no es el primer capítulo de las acusaciones, sino más bien un cambio de roles.
A fines de agosto fue Claro la que acusó a su competencia de incurrir en la misma infracción de la que ahora es sospechada. Según informó La Nación en su momento, América Móvil solicitó que se eliminen varias cláusulas del convenio, ya que podrían constituir prácticas monopólicas referidas a la concertación de precios.
Algunas semanas más tarde, la Sutel aprobó el acuerdo firmado entre la española y ICE para interconectar sus redes, aunque corrigiendo algunos artículos del convenio que habían sido cuestionados.
El historial demuestra que la denuncia de Movistar es una “devolución de favores” que probablemente se resuelva en un par de semanas.