Un relevo llevado a cabo por el diario La Nación da cuenta de que en el último tiempo los abonos de las principales compañías de televisión paga que operan en Argentina han registrado considerables aumentos tarifarios.
Cablevisión –el mayor operador del país que concentra a 3,5 millones de abonados- aumentó su paquete básico de 34 dólares a 38 dólares en octubre pasado mientras que la satelital DirecTV -1,4 millones de abonados-, incrementó su tarifa en tres dólares llevando el total del servicio a 42 dólares.
Los operadores justificaron el aumento en el servicio debido a “los costos salariales y de programación, cuyos incrementos están por encima de la suba de la inflación y hacen que tengamos que aumentar el abono para mantener la calidad del servicio”, según afirmó una fuente de Cablevisión a La Nación.
La televisión paga es un servicio privado desregulado, lo que significa que los operadores pueden aumentar sus precios libremente siempre que lo anuncien a sus clientes con 30 días de anticipación, como mínimo.
Sin embargo, en algunos casos puntuales, el Gobierno trabajó para ponerle frenos a los aumentos desmedidos, principalmente a los gestionados por Cablevisión, perteneciente al Grupo Clarín, multimedios enemistado con el Poder Ejecutivo.
La televisión paga en el país alcanza a 7,5 millones de hogares, lo que representa una penetración superior al 75 por ciento de las viviendas con televisor.