FCC tiene intención de bloquear la compra de T-Mobile

Lo hemos defendido con tanto entusiasmo que ahora, con un revés más, no vamos a cambiar nuestra línea de argumentación, seguimos creyendo que la compra de T-Mobile se llevará a cabo, aunque cada vez tenemos menos argumentos para apoyar nuestra tesis, la cual ahora ya sólo se apoya en casi teorías de conspiración.

Esta semana la Federal Communications Comission (FCC) abrió un proceso administrativo que se presupone como paso previo para bloquear la compra de T-Mobile por parte de AT&T en Estados Unidos. Este proceso se une al Departamento de Justicia (DoJ) de ese país que en el mes de septiembre anunciaba su intención de bloquear la maniobra aduciendo que “la transacción reduciría la competencia en el sector de los servicios de telefonía móvil, resultando en mayores precios, peor calidad de servicio, menos opciones y menos productos innovadores para millones de consumidores americanos”.

En cualquier caso, AT&T ha decidido retirar su petición de compra ante la FCC porque el operador teme que pelear contra la FCC y el DoJ a la vez pueda ser “too much”. La estrategia sería sortear primero al DoJ, para que con una victoria en esa instancia sirva encarar a la FCC con el pecho erguido y mayores garantías.

La retirada ante la FCC le costará a AT&T unos 4.000 millones de dólares si finalmente no se lleva a cabo la compra de T-Mobile debido a una cláusula estipulada entre ambos operadores si la compra no se llevaba a término. Tanto AT&T como T-Mobile pretenden seguir peleando por que se apruebe el proceso, pero parecen haber decidido atajar las grietas de forma enfocada, pues empiezan a ser demasiados agentes los que públicamente están rechazando la propuesta.

Moody’s por su parte cree que la no aprobación de la compra, que ahora estaría en sus cálculos por debajo del 50 por ciento de producirse, afectaría más negativamente a T-Mobile que a AT&T, pues el operador desea concentrarse en sus operaciones europeas, por lo que T-Mobile no tendría prisa en evolucionar sus redes como sí están haciendo el resto de operadores. Incluso Moody’s especula que de no vender a AT&T, T-Mobile podría buscar otras fórmulas para abandonar el mercado.

La compra de T-Mobile por parte de AT&T es una propuesta que habría sido aprobada de no mediar de por medio una crisis económica con pocos precedentes (quizás solo uno, la del 29). En un momento donde Estados Unidos acumula algo más del nueve por ciento de desempleo, la compra de T-Mobile se percibe como un aniquilador de más puestos de trabajo, mientras que ambos operadores defienden que la adquisición fomentaría la inversión y, por lo tanto, la creación de puestos de trabajo.

Otro dato a tener en cuenta es que incluso competidores, como Verizon, creen que es inevitable un proceso de consolidación en el mercado y la casa matriz de T-Mobile, Deutsche Telekom (DT), no tiene ningún interés aparente en seguir con sus operaciones en ese mercado.

Así pues, seguimos teniendo un cóctel explosivo. Un mercado en crisis económica y alto desempleo, un proceso de consolidación casi “natural” precisamente provocado por la crisis, un operador que necesita comprar activos, y otro que desea abandonar el barco porque en sus mercados europeos también necesita acomodar su situación, y entes gubernamentales que tienen miedo a que la compra cree mayor profundidad en el desempleo. El asunto es un rompecabezas donde en la actualidad ninguna ficha encaja con el resto.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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