Cómo se mide la portabilidad móvil

Podemos decir, sin arrugarnos, que la portabilidad numérica ya es una fenómeno latinoamericano a pesar de que haya más países sin el servicio que con él. Sin embargo, la mecha se prendió hace ya varios años, en 2008, con su introducción en países como Brasil, y de ahí otros han ido siguiendo su estela a medida que los mercados avanzaban rápidamente hacia la saturación, descrita como el alcance del cien por cien de penetración en el servicio de telefonía móvil. En 2012 otro número importante de países lanzarán el servicio.

Recientemente la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia y Associação Brasileira de Recursos em Telecomunicações (ABRT) en Brasil, anunciaban, con orgullo, las cifras de números portados. En Colombia se consideraban un éxito las primeras cifras después del lanzamiento del servicio en 2011, y en Brasil en ese mismo año se registraba el mayor número de portaciones desde su lanzamiento en 2008. Y claro, la inversión que se realiza en la implementación de la portabilidad debe justificarse mediante su uso y, por ahí, los reguladores deben estar sintiendo que las cifras de portaciones les dan la razón en cuanto a su implementación.

Esta reflexión, política si se quiere, no debe esconder los verdaderos motivos por los cuales se ordenó implementar este servicio. Porque el romanticismo y el simplismo no debe dejarnos únicamente en la visión de que la portabilidad es un derecho para el usuario, porque este punto es, incluso, debatible. La portabilidad pretende fomentar la competencia y como consecuencia que mejore el servicio en todos los niveles, se ajusten las tarifas y se acelere la innovación.

Brasil, que ya lleva varios años monitoreando las portaciones mensualmente, debería poder hacer un ejercicio un poco más profundo e investigar la correlación entre la portabilidad y la competencia, cuya manifestación debería producirse mediante un signo positivo en la calidad en la atención al cliente, uno negativo en relación a las tarifas y otro positivo en cuanto a la velocidad en la innovación.

Por ejemplo, revisando los datos de Brasil en cuanto a reclamaciones, vemos que de octubre de 2010 a diciembre de 2011 las reclamaciones tienen un signo ascendente a pesar de la implementación de la portabilidad. Con estos simples datos sería fácil sacar la siguiente conclusión aún sin ser muy científica.

La portabilidad no ha mejorado la atención al cliente y, por lo tanto, podemos atribuir al incremento de la portabilidad a la insatisfacción en cuanto a la atención durante 2011. Y con este dato también somos capaces de deducir que los niveles de innovación tampoco han mejorado como consecuencia de la portabilidad sino por la propia naturaleza del sector, propenso a innovar por inercia.

Para evitar valoraciones ligeras como la del párrafo anterior o como las que expresan los reguladores en la actualidad, los que invirtieron en ella deberían exigir datos más exhaustivos. Claro que los propios operadores móviles que fueron los que invirtieron, quizá tampoco tengan un gran interés por adentrarse en lo que podría convertirse en un arma de doble filo.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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