Hace poco más de un mes, todo corría sobre rieles perfectos y tanto Claro como Movistar se jactaban de la rápidez con la que estaban actuando en el mercado costarricense respecto a la instalación de antenas y radiobases.
Incluso, la compañía de Carlos Slim aseguró que intensificaría los esfuerzos para adelantar el cronograma previsto de cuatro años. Para ello, contaba con un promedio de activación de diez radiobases por día y así pretendía cubrir el 90 por ciento de las poblaciones en los próximos seis meses.
Ambos operadores invertirían más de siete millones de dólares para arrendar terrenos privados que permitan la instalación de radiobases con el objetivo de adelantar los plazos de cobertura de telefonía móvil.
Sin embargo, algo cambió en el medio y la realidad chocó como un puño cerrado contra sus planes. Instalar antenas no es tan fácil como abrir un local comercial. Más allá de las inversiones necesarias se necesitan autorizaciones e incluso el aval de los vecinos que pueden llegar a ver con malas ojos una estructura gigante en su vecindad.
Por este motivo, las compañías que llegaron para romper el monopolio del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) pidieron una prórroga ante las dificultades que enfrentan para instalar las radiobases.
Según publica El Financiero, la petición fue presentada ante el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet), que evalúa la adminisibilidad desde la semana pasada.
En caso de que el Minaet admita la prórroga, la Sutel deberá emitir un informe y una recomendación técnica al Poder Ejecutivo en un plazo máximo de 30 días.
“Los plazos indicados en el plan de desarrollo de la red para el cumplimiento de cada una de las fases no estará sujeta a prórroga, salvo que el concesionario demuestre que su incumplimiento se debe a una causa justificada”, explicaron las autoridades.