Diagnostican la “pandemia” de la banca móvil

Según diferentes proyecciones en los próximos tres años los servicios de banca móvil experimentarán un fuerte impulso y se expandirán como una pandemia por todo el globo. La consultora KPMG estima que las transacciones de banca móvil crecerán a un ritmo anual del 97 por ciento a nivel mundial y que para 2015 el negocio alcanzará una cifra de 945.000 millones de dólares. Por su parte, Paypal asegura que en 2016 ya no se utilizará dinero en efectivo para efectuar compras gracias al uso de dispositivos móviles como medio de pago a través de la tecnología Near Field Communications (NFC).

Más cerca de casa, algunas previsiones aseguran para Latinoamérica una tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) del 65 por ciento para los servicios de banca móvil durante los próximos tres años y un mercado de 140 millones de usuarios para 2015.

En Latinoamérica hay numerosas experiencias y pruebas piloto de banca móvil. En Uruguay Antel lanzó en enero de este año un ensayo de pagos móviles junto al Banco República para la compra de recargas de servicios prepagos del operador y minutos de estacionamiento tarifado. Por otro lado, en Perú esperan que la revolución de los pagos por celular comience este año y desde la Superintendencia de la Banca estiman que será como una “epidemia” de rápido crecimiento en los próximos dos años. En Ecuador la Asociación de Bancos Privados propone que las entidades financieras utilicen las plataformas tecnológicas con las que funcionan los servicios de home banking y que cada banco determine con qué operador quiere trabajar. Sin embargo, desde el Banco Central ecuatoriano quieren acelerar la implementación de pagos por celular e invertirían durante este año seis millones de dólares para un sistema de billetera móvil centralizado y abierto.

Por su parte, Guatemala se adelantó en 2011 y a través de la Superintendencia de Bancos (SIB) y la Asociación Bancaria de Guatemala (ABG) diseñó una reglamentación para las operaciones bancarias móviles. Esta regulación propone que los bancos desarrollen su plataforma y utilicen a los operadores para prestar el servicio, pero también contempla un modelo en el que los operadores y la banca trabajen como socios. En esta misma línea, el gobierno de El Salvador se encuentra trabajando en un proyecto para regular a los servicios de banca móvil que permita la participación directa de los operadores celulares.

Después de la prueba piloto con el operador brasileño Vivo, Telefónica y Mastercard anunciaron formalmente este año la creación de un consorcio para el desarrollo de pagos móviles en Latinoamérica. La multinacional española ofrecerá soluciones de pagos móviles a más de 87 millones de clientes en los doce países de la región donde opera. Los servicios de pago a través del celular estarán asociados a una billetera móvil o cuenta prepaga, a través de la cual se podrán realizar transferencias de dinero, recargas, pago de facturas y compras, entre otros servicios.

Mientras tanto, a fines de 2011 América Móvil junto a Banamex e Inbursa crearon Transfer, una plataforma de pagos móviles para realizar operaciones en línea desde todo México a través de la red del operador. En una primera etapa el servicio será implementado en el mercado mexicano para luego lanzarse en todos los países de la región donde opera.

Mientras la pandemia tiene pronóstico, ya hay fiebre entre todos los interesados en los servicios de banca móvil que esperan ansiosos los anuncios durante este año de Apple o Google para la siguiente generación de dispositivos móviles, ya que la introducción de la tecnología NFC en los teléfonos celulares será la bisagra que permitirá la masificación de la banca móvil. La consultora ABI Reasearch estima que para 2016 habrá 594 millones de usuarios usando teléfonos celulares con NFC gracias a que los operadores empezarán a inundar el mercado con estos dispositivos.

En Latinoamérica el sueño de la bancarización universal encuentra una oportunidad única en los servicios de banca móvil a través de una colisión entre el Estado, las entidades financieras y las compañías de telecomunicaciones. Ya sea que los servicios de banca celular se entreguen por SMS, datos o NFC en Latinoamérica estamos acostumbrados a que la tecnología llegue un poco tarde. Ojalá que este no sea el caso, pero los operadores latinoamericanos saben que el foco de la banca móvil en la región no son los usuarios que utilizan smartphones o múltiples tarjetas de crédito, sino la gran masa a la que los servicios financieros aún no han llegado, pero que tienen celular, de prepago, y el operador los conoce mucho mejor que el Estado y las entidades financieras.

 

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