Es una cifra difícil de olvidar. Sobre todo porque se trata de una multa: 1.000 millones de dólares, nada más ni nada menos. Es la sanción que en abril del año pasado la Comisión Federal de Competencia de México (CFC) aplicó contra Telcel por estrangulamiento de precios. Una estrategia que consiste en aumentar los costos de un competidor, al mismo tiempo que se aplican reducciones agresivas e incluso depredadoras de precios a los consumidores finales.
Sin embargo, la multa más alta de la historia mexicana, no llegó a cobrarse y se encuentra en plena disputa, por lo que la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (CANITEC) instó a la CFC a ratificar su decisión.
“No es otra cosa que el pleno reconocimiento a las continuas prácticas monopólicas en que incurre esa empresa, en detrimento de decenas de millones de usuarios de telefonía y de la sana competencia”, enfatizó la Cámara, según publicó El Universal.
El organismo argumentó que la CFC no puede negociar la ley, sino que debe utilizar todos los recursos “para proteger el proceso de competencia y libre concurrencia, mediante la prevención y eliminación de prácticas monopólicas y demás restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados”.