Cuando Telefónica anunció la creación de su división Digital (Telefónica Digital) hace menos de seis meses, intuimos que la idea era lanzar servicios tipo Joyn, anunciado durante el congreso de Barcelona (MWC2012). Es decir, el lanzamiento de servicios novedosos carrier grade que compitieran contras los over the top (OTT) pero con un modelo de monetización establecido. En lugar de esto, nos enocntramos que el primer anuncio de Telefónica Digital es el lanzamiento de un servicio OTT, bajo el nombre TU Me, que combina las funcionalidades de WhatsApp, parte de Skype (sólo permite llamadas IP dentro de los usuarios con la aplicación), y Foursquare, pero que no tiene un plan de negocio, pues aparte de ciertas mejoras como aplicación de comunicaciones OTT se ofrece de forma gratuita a los usuarios de smartphones (el lanzamiento sólo contempla al iPhone pero ya se trabaja en una versión para Android). El anuncio parece dejar pinceladas de que podría haber en un futuro una versión premium de pago, pero esto es mera especulación, por ahora.
Lo primero que llama la atención de este anuncio es, precisamente, que hace apenas dos meses, durante el MWC2012, varios operadores anunciaron el lanzamiento de la marca Joyn, una iniciativa para competir contra los OTT, tipo WhatsApp, pero que se apoyaba en Rich Communications Suit (RCS) e IMS para crear una oferta más robusta que la ofrecida por los OTT. La robustez pasaba por el hecho de que Joyn es un servicio que se apoya en la red, no en Internet, con las garantías de seguridad y disponibilidad que eso supone (WhatsApp suele tener fallas y está lejos de ser el método más seguro de mensajería móvil). Además, debido al lanzamiento del servicio por varios operadores, Joyn permitía ofrecer comunicaciones entre usuarios de diferentes proveedores, eliminando el pequeño inconveniente de tener que instalar la aplicación para poder hacer uso del servicio.
En principio Joyn sigue adelante, pero Telefónica Digital (en definitiva Telefónica) parece querer entender mejor a los OTT, convirtiéndose en uno. Jugando en su terreno, imaginamos, querrá experimentar cómo darle salida a este tipo de servicios y de paso molestar a los OTT existentes. El problema principal de esta estrategia es que estos OTT contra los que quiere competir ofrecen el servicio gratuitamente y, además, no sabemos que modelo de negocio persiguen. Y si WhatsApp espera poder facturar por publicidad, el negocio va a ser ruinoso cuando Facebook, Google y el resto de OTTs buscan el ingreso mediante el mismo mecanismo—ahora con Facebook en la bolsa tendremos más claro como genera ingreso y de donde proviene—.
Este lanzamiento también demuestra que los operadores siguen desconcertados cuando se trata de los servicios de datos y su capacidad para competir contra ofertas OTT gratuitas. Este lanzamiento, a menos que haya algo oculto que no vemos, anuncia una incapacidad para ver más allá. Telefónica simplemente se limita a imitar lo que ve en la superficie, como ya hizo en su día con el lanzamiento de la red social Keteke (por cierto, entonces nosotros la aplaudimos como una maniobra interesante, y fue un fracaso. También, como medio, aprendimos de ese error de Telefónica).
¿Qué es lo que esperábamos de Telefónica Digital? Quizá no era que en menos de seis meses de su creación ya tuvieran un producto, que repetimos imita a productos existentes pero llega cuando WhatsApp o Skype tienen cientos de millones de usuarios por todo el mundo. Joyn parecía ir en la dirección adecuada porque entendiamos que sería un servicio con un modelo de negocio que dejaría en evidencia a los OTT que siguen optando por la vía gratuita. Imaginamos que muchos de estos OTTs se sostienen gracias a remanentes de ciertas bancas de inversión y capital de riesgo.
Datos de Informa apunta a que este año los servicios OTT se comerán alrededor de un cuatro por ciento de los ingresos de mensajería y voz de los operadores de todo el mundo. Este cuatro por ciento que perderán los operadores, no lo van a ganar tampoco los OTT, por lo tanto, Telefónica Digital no puede esperar recuperar parte con TU Me, sino más bien contribuir a engordar esta cifra si no encuentra una forma de ofrecer un servicio premium de pago asociado a este nuevo lanzamiento.
Analistas de Informa creen que, en parte, Telefónica no quiere que además de perder ingreso se pierda el vínculo con sus usuarios, que acabarán siendo más fieles a las marcas de los OTT que a los del proveedor del caño de banda ancha. Sin embargo, tampoco creemos que sea la réplica de un servicio gratuito lo que haga que el usuario siga siendo más afín al operador. Era nuestra creencia—hoy parecen haberse desmontado varias—que los operadores usarían la información que fluye por sus arterias para conocer mejor al usuario, ofrecerle algo más customizado y así derrotar a los OTT.
Para no cerrar este análisis como una nota totalmente negativa contra TU Me, comentar que, por lo menos, Telefónica lo está intentando, aunque mucho nos tememos que este negocio no es un deporte amateur donde lo importante sea participar.
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