Telefónica y la ingeniería financiera con sus filiales en la región

Aparece esta semana una noticia del diario El País de España donde se asegura que Telefónica estaría trasladando su sede central para Latinoamérica de Madrid a São Paulo. Los motivos esgrimidos inicialmente para realizar esta maniobra estarían relacionados con el crecimiento del negocio latinoamericano dentro del total de la compañía, y de agilizar las gestiones teniendo en cuenta que entre Latinoamérica y Madrid hay desfases horarios importantes, empezando por las cinco horas de diferencia que tiene con São Paulo.

El diario señala que la maniobra dividiría en tres las sedes centrales de la compañía. Madrid gestionaría el negocio europeo, Londres seguiría manejando a Telefónica Digital, y São Paulo podría dedicarse al negocio latinoamericano. La jugada incluye que el presidente de la unidad se traslade junto con parte de su equipo a la ciudad brasileña —aunque parece ser que ya pasa bastante tiempo por el territorio a lo largo del año—.

A nadie escapa que con Europa sumida en una crisis financiera de gran calado, que especialmente se está cebando con la economía española, Latinoamérica se presenta como la tabla de salvación de la compañía, pues es en esta región donde el operador puede mostrar proyecciones de crecimiento importantes dada la falta aún de infraestructura para la banda ancha, tanto fija como móvil, y debido al crecimiento económico que sigue experimentando.

Que São Paulo sea la sede, tampoco sorprende a nadie que esté en el sector, pues Brasil es ya el segundo mercado de Telefónica en cuanto a ingresos por detrás de España con 6.900 millones de euros, cerca de la mitad de todo el negocio del operador en la región. Si se aisla sólo a la telefonía móvil, Brasil es el mercado que más aporta al grupo en este concepto con 4.253 millones de euros.

Así pues, Telefónica empieza a desviar la atención del mercado internacional hacia su negocio latinoamericano para ver si hay una reacción que aumente el valor de la compañía. A mediados de mayo, en junta de accionistas, César Alierta, presidente de Telefónica, se indignaba ante la valoración de la empresa en Bolsa, al entender que el mercado no estaba teniendo en cuenta el proceso de transformación —que es una incógnita— y su potencial de crecimiento, este sí demostrado a través de sus filiales en Latinoamérica.

La transformación de la compañía es por ahora un activo de poco valor, pues el grupo deberá demostrar que la creación de Telefónica Digital, y sus programas —algunos muy interesantes y otros no tanto— son verdaderamente un factor de crecimiento económico para el grupo. Sin embargo, en la actualidad, sus operaciones en Latinoamérica, sin transformación, sino con el modelo de toda la vida aún aplicable debido a la falta de infraestructura en algunos ámbitos del sector de las telecomunicaciones, le permite mirar al mercado y mostrar crecimiento en todos sus negocios: móvil, banda ancha, televisión, etcétera.

Por eso, no hace mucho, también se filtraba la idea de Telefónica de lanzar a los mercados de valores a sus filiales de la región. Es decir, empaquetar las operaciones latinoamericanas como una entidad independiente y sacarla a bolsa como método de generar capital que permita, o cubrir deuda o invertir en más infraestructura —parece más lo primero que lo segundo—. Este cambio de sede podría obedecer a un inicio para realizar esta estrategia bursátil a lo “Facebook”.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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