La Red está “on fire” con el tema de la victoria de Apple sobre Samsung, y por enlace directo, Google. La historia ya la deben conocer de sobras porque no hay medio en el mundo que no se haya hecho eco del asunto. Además, los analistas ya han intentado poner encima de la mesa las implicaciones a futuro de este asunto, argumentando básicamente que la victoria de Apple no es sólo una derrota de Samsung y Google, sino que la derrota afecta a los operadores y a los usuarios.
Y lo cierto es que Steve Jobs ya lo dejó claro antes de dejarnos, iba a ir “thermonuclear” contra Android por considerar que era una copia descarada de su iOS. Una vez más Jobs dejó claro que cuando se proponía algo, lo conseguía por tener una tenacidad y tozudez posiblemente de fuera de este mundo.
Pero si a Jobs le considerábamos un genio innovador, no era por ser inventor, sino por recolocar piezas existentes de forma diferente. Su acción contra Android en defensa de esa genialidad en realidad atenta contra lo que posiblemente defendió toda su vida.
En el mundo actual hay que empezar a desmitificar la innovación, pues el proceso creativo no es la capacidad de inventar lo inimaginable, pues el ser humano no puede inventar nada que no se base en algo que haya visto, oído, escuchado o probado. Todo lo que creamos, se basa en algo que crearon otros. Toda innovación se monta encima de innovación de otros, y es así como hemos llegado a este estado de avance industrial y tecnológico.
La defensa de la propiedad intelectual no se creó para defender a empresas multimillonarias, sino para fomentar que todos pudiéramos mover las fichas de otra forma, pues la ley debe buscar el beneficio general y no el individual, aunque la propiedad intelectual defiende individualmente porque esa protección individual produce beneficios superiores a nivel general.
En resumen, algo no anda bien en el sistema, cuando una victoria de protección individual, no genera un mayor bien para el resto, según la conclusión de muchos analistas. Claro que siempre podremos pensar que esta sentencia obligará a Samsung y Google a realmente ser innovadores y no imitadores, como se les acusa y sentencia en este caso.
guille
Hay que reconocer que los productos apple son de excelente calidad, pero recindir compatibilidad por una cuestión estética es de mina o de marica.