Últimamente se está hablando bastante de Wi-Fi offloading, una de las tendencias que se perfilan para aliviar la carga de tráfico de las redes celulares, junto con HetNet y la pequeña infraestructura.
En parte, la importancia que se está dando a Wi-Fi offloading tiene que ver con los múltiples —y terribles— pronósticos de crecimiento de datos. Lo que a su vez se ve un poco más cerca, ahora que la gran mayoría de los operadores de la región está a las puertas del lanzamiento de sus redes LTE.
Pero Wi-Fi offloading es sólo una parte de lo que esta tecnología tiene guardado para el sector. Recientemente, hablando con un ejecutivo de un fabricante, me comentaba que en su firma ven dos grandes soluciones de Wi-Fi en telecomunicaciones, o también llamado carrier grade Wi-Fi: una, la mencionada para alivio de las redes celulares, y la otra, el creciente interés de los operadores fijos, particularmente cableoperadores, en montar redes metro, públicas, compartidas por los usuarios.
Y sobre esto último hablaba Rafael en una nota esta semana, tomando como referencia las pruebas que está realizando Ziggo en Países Bajos. El operador neerlandés no es el único interesado en el plano internacional. De hecho, en Estados Unidos las cableras anunciaron a fines de mayo su unión bajo la marca CableWiFi. Lo interesante de Ziggo es que ha compartido varias de sus conclusiones de sus ensayos.
En la región, como es de esperar, esto se ve aún un tanto lejano, si bien GVT en Brasil —que dicho sea de paso, es un operador con cierta tradición innovadora en servicios de Internet, si se perdona la paradoja— anunció que lanzará una red pública Wi-Fi de características similares a las de Ziggo. Por ello puede resulta interesante seguir de cerca lo que ocurre en Estados Unidos y Europa con esta tendencia.
Desde hace algunos años, los cableoperadores veían con cierta envidia el auge de la telefonía móvil. Pese a que fueron incorporando servicios de telefonía en sus ofertas, les seguía atrayendo la movilidad. Prueba de ello es el ingreso de VTR, en Chile, al mercado móvil a través de la compra de espectro. Otros operadores también se han interesado, en su momento, en convertirse en operadores móviles, como por ejemplo Cablevisión y Supercanal en Argentina. Algunos, en otros casos, se han convertido en operadores virtuales, como Megacable en México.
Ahora, en momentos en que el auge está en los servicios de datos móviles, Wi-Fi les presenta una oportunidad de entrar en la batalla a los cableoperadores. Con algunas ventajas, como por ejemplo, la velocidad ofrecida y el amplio parque de dispositivos instalados, tanto terminales como puntos de acceso —dada la popularidad de Wi-Fi— e incluso la locación de los puntos de acceso —a diferencia de la infraestructura celular, el operador no deberá pagar un alquiler para el hotspot Wi-Fi al aprovechar los routers residenciales—.
Pero también, con algunos puntos en contra. De momento la tecnología no permite la conexión cuando se circula a velocidad (por ejemplo en automóviles o transporte público), una cobertura menor —sería principalmente en zonas urbanas— y principalmente, las preocupaciones de los usuarios en temas de privacidad y calidad de su servicio al momento de compartir sus redes.
De la suerte que puedan tener las primeras iniciativas veremos si puede empezar otra batalla de la mano de Wi-Fi, bastante diferente a ésta.
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