A principios de semana trascendía el rumor de que Sprint quería el 48 por ciento de las acciones de Clearwire que le faltan para ser propietario de la totalidad del operador, ya que ahora posee el 52 por ciento. Finalmente, ambas empresas confirmaron la oferta por 2.100 millones de dólares. Una cifra que, según medios de Estados Unidos, parece insuficiente a los accionistas de Clearwire, que estarían esperando una propuesta que debería rondar los 3.700 millones de dólares.
Analistas citados por estos medios de Estados Unidos consideran que la compra sería clave para Sprint, debido a los activos espectrales y a la posibilidad de utilizar la red de Clearwire (ahora WiMAX, pero en proceso de migración a TD-LTE) para descargar su propio tráfico o para ofrecer accesos de banda ancha de gran capacidad.
Además de tener que terminar la negociación con los accionistas de Clearwire sobre el precio final, Sprint reconoce que su oferta está supeditada a la aprobación de la venta del 70 por ciento de sus acciones a SoftBank, quien parece ya estar dictando el máximo que se puede llegar a ofrecer por Clearwire.
De llevarse a cabo esta adquisición, los dos operadores nacionales en posición más desfavorable, el propio Sprint y T-Mobile con su adquisición de Metro PCS (aún no aprobada por las autoridades del país) se habrían armado para competir contra Verizon Wireless y AT&T, que en los últimos años han tomado distancia en el mercado con respecto a estos dos operadores.