La Presidenta Dilma Rousseff decretó una exoneración de los impuestos PIS/Pasep (Programa de Integração Social y Programa de Formação do Patrimônio do Servidor Público) y Cofins (Contribuição para o Financiamento da Seguridade Social) para los teléfonos inteligentes, lo que representa una renuncia de hasta 500 millones de reales (251 millones de dólares) por año. De esta manera, los equipos producidos en el país tendrán una reducción de hasta el 30 por ciento con respecto a los smartphones importados, que tienen que pagar también la tasa IPI (Imposto Sobre Produtos Industrializados).
Los teléfonos comprendidos en la medida son aquellos con Internet de alta velocidad del tipo smartphones y con valores hasta 1.500 reales (753 dólares). El Ministerio de Comunicaciones (Minicom) definirá cuáles son las pautas para considerar smartphone a un equipo, aunque ya se adelantó que los teléfonos deberán cumplir ciertas características técnicas: conectividad Wi-Fi, aplicaciones de navegación y correo electrónico, sistema operativo que permita kit de desarrollo por terceros, pantalla mayor a 18 centímetros cuadrados y aplicativos desarrollados en el país.
El Gobierno brasileño también está llevando adelante la formación de un Comité de Aplicaciones Móviles para establecer directrices de desarrollo de aplicaciones en el país.
De acuerdo con datos del Ministerio de Comunicaciones, más del 27 por ciento del total de celulares comercializados en Brasil corresponden a smartphones. La meta es que estos equipos representen un 50 por ciento de las ventas en 2014.