Desde el próximo 10 de octubre de 2013, los teléfonos inteligentes fabricados en el Brasil y beneficiados con exenciones fiscales deberán incluir un paquete de por lo menos cinco aplicaciones nacionales. Además, el número de aplicaciones se incrementará gradualmente, hasta llegar a la cifra de 50 aplicaciones en diciembre de 2014, según explicó el Ministerio de Comunicações (Minicom) en un comunicado.
La decisión fue oficializada por la resolución Nº 2 (portaria Nº 2) del 26 de agosto de 2013 del Minicom, publicada en la edición de ayer, miércoles 28 de agosto, en el Diario Oficial da União (DOU). La medida alcanza a los smartphones fabricados en Brasil que se benefician de la desgravación de las cargas sociales y previsionales PIS/Cofins (Programa de Integração Social/Contribuição para o Financiamento da Seguridade Social).
Según la norma, las aplicaciones, que deberán estar disponibles en lengua portuguesa, incluirán diferentes categorías como educación, salud, deporte, turismo, productividad y juegos. El Minicom tendrá que aprobar las aplicaciones escogidas por los fabricantes, que deberán remitir sus propuestas al ministerio.
Además de las aplicaciones obligatorias, el Minicom también podrá indicar la inclusión de otras aplicaciones nacionales. En ese caso, las apps deberán presentarse en posición destacada y deberán poseer utilidad pública, ser de servicios gubernamentales o escogidos por concurso.
El ministerio notificará a los fabricantes sobre las aplicaciones seleccionadas, además de divulgar la selección en Internet. Los fabricantes de teléfonos móviles inteligentes tendrán un plazo de hasta 90 días desde la notificación para disponibilizar las aplicaciones de utilidad pública y servicios gubernamentales.
Según la resolución, las aplicaciones nacionales podrán ser ofrecidos al consumidor de diferentes formas: preinstalados, disponibles mediante guías de instalación —los conocidos wizards—, en la configuración inicial del aparato, o mediante una aplicación dedicada que tendrá una lista actualizable por medio de Internet para descarga e instalación de las aplicaciones —al parecer, algo así como una tienda propia—.
Para comprobar el origen nacional de este software, el Gobierno brasileño cuenta con distintas alternativas. Por un lado, el registro de la aplicación en el Instituto Nacional da Propriedade Industrial (INPI); el extracto del informe de inversión en investigación y desarrollo (I+D); un laudo técnico emitido por el fabricante, atestiguando el desarrollo nacional de la aplicación; o una presentación del Cadastro Nacional de Pessoas Jurídicas (CNPJ, Registro Nacional de Personas Jurídicas) con comprobante de dirección de la empresa, o Cadastro de Pessoas Físicas (CPF, Registro de Personas Físicas) de la personas física desarrolladora, además de la copia del contrato firmado entre las partes.
En otras palabras, el desarrollador de la aplicación puede ser tanto una empresa como un desarrollador independiente que haya suscrito un contrato con el fabricante para demostrar el origen nacional del software.
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