Apple no sorprende, pero tampoco se baja los pantalones

iPhone 5cPoco vamos a poder aportar sobre lo que sucedió ayer en la presentación de Apple y sus nuevos dispositivos, aunque pensamos que los analistas siguen considerando a la empresa por partes, en lugar de en su conjunto. La empresa de la manzana está tan sujeta a rumores que al final algunos, los más probables, se convirtieron en realidad, mientras que los más fantasiosos deberán esperar o desvanecerse, como el reloj inteligente o un smartphone con pantalla de seis pulgadas.

Ayer quedó patente —y por lógica por lo consolidado de su oferta— que Apple ha perdido su capacidad de sorpresa, al tener una base desde donde debe construir su evolución; ahora ya es considerado un consolidado fabricante de smartphones y, esta distinción tiene sus ventajas reales y desventajas menos tangibles, relacionadas con el glamour.

Con este panorama de cierta tristeza por perder el elemento sorpresa de Apple, lo más destacable de los lanzamientos de ayer fue el hecho de que Apple simplemente ha corregido un rumbo equivocado cuando lanzó el iPhone 5, el dispositivo más decepcionante en ventas de toda su saga. El evento sirvió para que Apple enderezara el rumbo, siguiendo una estrategia que ya lideró cuando, a finales de los ’90, lanzó los monitores computadora de colores.

En esta ocasión, la rectificación se basa en la división de un dispositivo con poco gancho en el mercado, el iPhone 5, convirtiéndolo en uno de dos gamas, una divertida y juvenil con un cierto grado de customización (iPhone 5c), y una gama aún más alta para un público más deseoso de demostrar que su smartphone no es uno cualquiera (iPhone 5S).

Con esto, Apple aclara los rumores de querer apostar a los mercados emergentes con dispositivos de menor costo. La empresa ha dejado claro que no se va a bajar los pantalones cuando se trata de competir, y su ideario no pasa por capturar mercado a toda costa, sino seguir siendo el líder en la zona que más importa: aquellos usuarios que pueden, de alguna forma, permitirse un smartphone de calidad.

Muchos analistas han considerado, durante la etapa previa, la de los rumores, que Apple se encontraba en el tramo más complicado de su recorrido como fabricante, al considerar que precisamente la base de usuarios con capacidad adquisitiva para obtener su dispositivo estaba empezando a llegar a la saturación. Y encima, Android sigue capturando mercado en todos los niveles, Microsoft ahora cuenta con Nokia, y viene el Firefox OS. La parte baja del mercado va a ser una masacre, y Apple hace bien en no meterse.

El error en asumir que Apple reaccionaría a estos desarrollos emerge por parte de aquellos que consideran que la compañía es sólo un vendedor de dispositivos, sin tener en cuenta el ecosistema de software que la empresa ha creado asociado a su hardware.

A estas alturas debería quedar claro, hasta para el analista más miope, que Apple ve su negocio como un todo entre su hardware, su software y los servicios periféricos. Por ello, la rectificación del iPhone 5 con estos dos nuevos modelos debe verse en conjunto con el nuevo sistema operativo, el iOS7, anunciado en junio y mostrado ayer junto con el nuevo hardware, y con los nuevos servicios como iTunes Radio, que persigue aumentar las ventas de canciones.

En esencia, no se puede evaluar la oferta de hardware de Apple sin tener en cuenta cómo impacta a su ecosistema de aplicaciones y servicios, pues Steve Jobs ya demostró que sus dispositivos no son fruto de la casualidad y siempre buscan un beneficio mayor que el que se pueda encontrar en la venta de hardware —eso es, en gran parte, lo que hace diferente a Apple—.

Sólo basta con recordar las cifras divulgadas sobre el Apple Store en julio de este año: más de 900.000 aplicaciones —pagas y gratuitas—, 50.000 millones de descargas y 10.000 millones de dólares repartidos entre los desarrolladores. Todo esto en cinco años.

Así, pues, teniendo en cuenta los tres elementos que forman la oferta de Apple y conociendo su filosofía corporativa —según Jobs, la de no mirar el precio de las acciones—, queda claro que la manzana busca aumentar la venta de canciones, películas, aplicaciones, entre otros, con la llegada de sus nuevos dispositivos. Por el comportamiento de los usuarios Android, ya se sabe que compran menos aplicaciones de pago debido a la composición total de usuarios de esa plataforma. A Apple no le sirve sólo vender hardware, quiere que esa venta fomente otras ventas, en una espiral que ha demostrado ser muy lucrativa hasta la fecha.

Apple habrá perdido su glamour, pero su posición en el mercado sigue siendo sólida con estos nuevos lanzamientos, partiendo de la base que Apple no busca sólo ser vendedor de smartphones, sino que quiere, si puede, enlazar todo su portafolio a cada usuario que entra en su jardín.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

4 Comentarios

  1. esos modelos son más de lo mismo, Samsung le va a seguir pateando el trasero con el Galaxy S4

  2. pienso que la llegada del los nuevos smarthphones es para acomodar la marca apple en el camino. como el iphone 5 no tubo buenas ventas empezara con los nuevos dispositivos de bajo costo y el de lujo.

  3. Excelente artículo!

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