La de Telefónica y Telecom Italia viene siendo la historia de la temporada, al menos en parte de Europa y en el Cono Sur. Si bien en Argentina tuvo un final adelantado por la decisión de Telecom Italia de vender su participación en Telecom Argentina, en Brasil continúan las idas y vueltas que fueron uno de los temas principales durante la última edición de Futurecom 2013. En el congreso, luego del incremento de la participación accionaria de Telefónica en Telecom Italia —aunque las empresas no dejan de aclarar que se trató de una ampliación económica, pero no de derechos de voto— el mercado estaba expectante a lo que ocurriría en Brasil.
Quien ha movido ahora la última ficha, hasta el momento, ha sido el Conselho Administrativo de Defesa Econômica (CADE), al tomar la semana pasada la decisión de impedir la profundización de las relaciones societarias entre Vivo, Telefónica y TIM Brasil.
Y lo hizo a través de dos resoluciones, fundamentalmente. En primer lugar, con la aprobación, con reservas, de la adquisición, por parte de Telefónica, del 50 por ciento de Brasilcel —empresa controladora de Vivo— a Portugal Telecom (PT) y PT Móveis. Los consejeros del CADE consideraron potencialmente riesgoso para la competencia que una empresa que ya tiene una participación minoritaria en TIM pase a tener el control en soledad de Vivo.
Así, el CADE decidió que el negocio —por el cual Telefónica tiene el control total de su filial celular— sólo puede ser autorizado en el caso de que el grupo español no tenga ninguna posición financiera, directa ni indirecta, en TIM Brasil.
Alternativamente, el CADE permitiría la presencia de Telefónica en TIM Brasil pero sólo con el ingreso de un nuevo socio para Vivo, con experiencia en el sector y sin participación en otra empresa de telefonía en Brasil. El objetivo es que haya un nuevo agente para compartir el control de Vivo con Telefónica.
En otras palabras, Telefónica tiene que elegir entre conservar su presencia en Telecom Italia, o renunciar al control en solitario de Vivo, algo por lo que luchó durante años con su ex-socio Portugal Telecom.
“Hay necesidad de una compensación, visto que la presencia de Telefónica en Telecom Italia, sin la presencia de un socio co-controlador independiente en Vivo, favorece la coordinación entre competidores además de otros problemas de competencia en telefonía móvil, principal mercado de telecomunicaciones en Brasil”, indicó el consejero relator, Eduardo Pontual.
El organismo estipuló un plazo confidencial para que una de las dos alternativas sea concretada y la adquisición sea aprobada.
La otra decisión del CADE tiene que ver con el aumento en sí de la participación de Telefónica en la compañía italiana. El regulador de competencia le impuso a la española una multa por 15 millones de reales (6,5 millones de dólares) por el aumento indebido de participación indirecta en TIM. El CADE entiende que dicho aumento viola el Termo de Compromisso de Desempenho (Término de Compromiso de Desempeño) establecido en abril de 2010 y que fue condición para que el organismo diera el visto bueno a la entrada de Telefónica en Telco.
Pero además de la multa —y esto es lo importante—, el CADE determinó que el incremento —considerado indebido— del grupo español en Telco debe ser deshecho.
Mientras tanto, desde Telefónica dijeron este lunes 9 de diciembre que todavía no habían recibido notificación formal del CADE, por lo cual la empresa no se puede pronunciar sobre la decisión y las medidas a adoptar, según un comunicado recogido por el periódico O Estado de São Paulo.
De otro lado ya empiezan los tironeos. El inversor Marco Fossati –el segundo mayor accionista de Telecom Italia después del consorcio Telco— se opone a una venta de TIM. Considera que la respuesta a la decisión del CADE “no puede ser una venta forzada” de la filial brasileña.
Comenzaron a emerger también versiones periodísticas que señalan la posibilidad de que TIM sea vendida por partes. La agencia de noticias Reuters publicó recientemente que una fuente cercana al CADE le confirmó que la decisión del órgano no impediría, en principio, una venta parcelada del operador. Pero la misma agencia indica que Telecom Italia no contempla esa posibilidad: “El consejo no está estudiando ninguna división de TIM. Voy a continuar repitiendo que ésa es una compañía estratégica para nosotros”, afirmó el presidente de la empresa italiana, Marco Patuano.
Por su lado, João Rezende —quien esta semana reasumió como presidente de la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel)— se refirió al asunto dejando en claro que la decisión de CADE es “soberana”. Según el funcionario, el regulador de telecomunicaciones analizará si es necesario adoptar alguna medida complementaria, pero dejó en claro que no existe posibilidad de que se reforme la decisión del CADE respecto a las relaciones entre Telefónica y Telecom Italia.
