La filial de Telefónica en el Reino Unido, O2, anunció que a partir del 31 de marzo de 2014 discontinuará su servicio de pagos móviles, O2 Wallet, luego de 18 meses en el mercado. La compañía ofrecía servicios de transferencia de dinero y billetera móvil, en alianza con Visa.
La iniciativa se replicó a principios del año pasado en su filial alemana, en dónde Telefónica también comenzó a ofrecer servicios de transferencia de dinero y billetera digital. En América Latina, la española ofrece estos servicios a través de Wanda, un joint venture entre Telefónica y Mastercard que apunta, principalmente, a llevar servicios financieros a los segmentos de población no bancarizados. La estrategia es ofrecer un servicio que esté disponible para todas las gamas de equipos.
Por eso, la noticia del fin de su servicio de dinero móvil en la comunidad británica sorprende. En la escueta información divulgada por O2, sin embargo, se deja abierta la posibilidad a seguir ofreciendo servicios financieros en el Reino Unido. La compañía deslizó que trabajará en mejores formas para ayudar a las personas a manejar su dinero, tanto en Inglaterra como en el exterior.
Una posibilidad es que el modelo, tal y como estaba previsto en la comunidad británica —sumado a una población altamente bancarizada— no haya logrado cubrir las expectativas de Telefónica. Por este motivo, la compañía decide cerrar el servicio y pensar en un nuevo modelo que permita ofrecerle un valor agregado al usuario británico.
En América Latina, en cambio, los servicios móviles financieros parecen tener todavía mucho camino por recorrer. Paraguay es uno de los países más desarrollados en este segmento, con una cobertura que supera a la del sistema financiero tradicional. Los dos operadores que ofrecen el servicio de envío de dinero en Paraguay —Tigo (Millicom) y Personal (Telecom Argentina)— suman unos 2.600 puntos de presencia en el territorio nacional a través de agentes y comercios adheridos. Esta cifra cuadruplica la cantidad de sucursales que tiene el sistema financiero formal dentro del país. El operador, además, logró que cerca de 120.000 personas accedan a los servicios financieros, gracias al programa Última Milla, desarrollado en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo y entidades financieras locales.
El resto de los países de la región, en menor o mayor medida, están impulsando el desarrollo de las finanzas móviles, ya sea desde regulaciones del Banco Central o proyectos de ley. Brasil fue uno de los primeros países en contar con una Ley de Pagos Móviles que regula la actividad de instituciones que permiten al ciudadano realizar transacciones sin que intervenga una entidad financiera. En la misma línea se movió Perú cuando sancionó a fines de 2013 su Ley de Dinero Electrónico.
Otros países, como Paraguay o El Salvador están trabajando también en normativas que permitan supervisar a los operadores móviles y otras instituciones que ofrezcan servicios financieros por fuera del sistema tradicional.
