¿Se ha convertido IMS en una tecnología de legado?

Cobertura IMS World – Llevamos varios años visitando el evento IMS World que Informa organiza en la ciudad de Barcelona, y donde los participantes parecemos vivir en una cámara del tiempo, atrapados en 2007, tratando a IMS desde la misma óptica, buscando excusas de todos los colores, pero sobre todos técnicas, para justificar por qué la arquitectura, que parece ser un paso natural para dejar de lado sistemas de legado, nunca termina de despegar.

Y llegamos al año 2014 y volvemos a entrar en esa capsula del tiempo, donde, en el mejor de los casos, las presentaciones empiezan hablando de la historia de la telefonía, con fotos de viejos teléfonos fijos de pared de color crema con algún manchón aceitoso de haber estado años en una cocina de familia numerosa en algún suburbio de Estados Unidos. En el peor de los casos, aparecen láminas de dinosaurios para hacer bueno el dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”. Aún así, las palabras fluyen, se explican hasta llevarnos por los pasajes del tiempo a la realidad actual.

Y la realidad actual no habla de sistemas modernos provistos por los operadores, sino de usuarios demandantes y proveedores over the top (OTT) capaces de satisfacerles gracias a su mentalidad, a las tecnologías Web y a un entorno técnico menos complejo al no tener sistemas de legado —sólo tienen IP. “Por eso estamos aquí, para hablar de IMS”, dice Steve Northbridge, director de marketing de producto de Oracle.

Pero este año alguien debió activar el botón para descongelarnos. Y como un ser del pasado que despierta en el presente viendo imágenes del futuro, el desconcierto es mayúsculo, especialmente cuando años atrás, supuestamente, este ser había sido entrenado para despertar en este momento de la historia con los deberes hechos para evitar un fuerte shock generacional.

La mala noticia es que poco de lo proyectado a nivel tecnológico se ha cumplido en una industria que madura como lo perros: una año humano equivale a cinco años en el sector. Y por eso, consumidos dos días de congreso, IMS aparece como una tecnología de legado, que es útil si el operador ya la tiene desplegada pero que quizá, partiendo de cero, “greenfield”, no sea la mejor de las soluciones.

Y por más que uno quiera ser contemporáneo en otra época, lo normal, lo racional, es retener la mayoría de conductas antiguas. Por eso, que IMS haya quedado algo atascada en un universo paralelo donde habitan los operadores y sus grupos de interés, no es de extrañar, y muchos menos de reprochar. ¿Qué esperábamos, despertar en 2014 con ideas de 2007 —40 años en el mundo canino— y ser competitivos con aquellos a los que 2007 les parece la época pre histórica digital?

La respuesta, aunque parezca un chiste, es que sí. Los operadores esperaban que su importancia a través de sus activos de red e IMS serían universales y perennes y, sobre todo, más que suficientes para ganar la batalla de los servicios a los nuevos jugadores, los OTTs.

La adaptación de algunos operadores a una realidad donde IMS no sólo no es suficiente, sino que quizá no sea ni la solución, les está permitiendo ver alternativas tecnológicas, no como soluciones absolutas a todos sus problemas, sino como parte de un puzzle completo, donde IMS y circuit swicth son casi igual de importantes, al igual que cualquier otro sistema que fomente la creación de un púgil capaz de atacar desde múltiples ángulos a las demandas del mercado. Esta percepción de los propios activos de red permite que algunos operadores puedan variar el rumbo sin saltarse del todo el protocolo político de sus instituciones, es decir siguen invirtiendo en IMS y RCS-e —porque es lo políticamente correcto—, pero reconocen no tener la menor idea de que pasará con estas tecnologías, sin que esto suponga un dilema, pues la solución no radica en la tecnología ni sus dificultades técnicas. Y sólo esta interpretación de la situación merece ser ensalzada. Los operadores quieren productos monetizables, no tecnologías que les obliguen a demostrar que son buenos con su ingeniería.

Los operadores que han lanzado servicios RCS, como Deutsche Telekom (DT) u Orange, no tienen ningún reparo en comentar en sus presentaciones las incertidumbres que presenta el servicio debido a la poca adopción por parte de sus usuarios que siguen prefiriendo alternativas OTT como WhatsApp. De hecho, DT hizo clara referencia a la amenaza que supone el lanzamiento de los servicios de voz anunciados por este OTT, y su asociación con el operador E-Plus que compite con DT en Alemania con quien WhatsApp anunció un importante acuerdo de cooperación.

Y no hay que extrañarse con respecto a la poca adopción de los servicios Joyn —una marca que fracasa a nivel usuario pero simplifica el entendimiento entre operadores—, porque como se comenta en este evento, el operador no sólo utiliza sistemas complejos que ralentizan su velocidad de lanzamiento de nuevos servicios, sino que cuando obtiene herramientas para acelerar este proceso, fiel a sus costumbres, lanza servicios complejos e ineficientes. Dato éste último reconocido en voz alta por los propios operadores, que se flagelan inmunes al dolor.

DT incluso reconoció que su aplicación RCS-e, con la cual ofrece servicios Joyn, era tan intensiva con el dispositivo que agotaba la batería a gran velocidad, provocando la estampida de los usuarios a otras soluciones OTT como WhatsApp.

Por eso a Pierre Francois Dubois, vicepresidente de desarrollo de producto de Orange, no le sorprende que su servicio de mensajería OTT, Libon, esté teniendo éxito a nivel adopción, aunque no puedo evitar la aparición de los grillos en la sala cuando se le cuestionó sobre el “chash flow” del servicio. No le quedó a Francois Dubois más remedio que reconocer que Libon es una especie de incubadora, una inversión estratégica o una puesta al día sobre cómo opera un OTT. Generar ingreso será el siguiente capítulo, cuando sea que éste se escriba; es más que probable que en ese capítulo Libon pase también a ser una aplicación RCS.

Roland Schott, ingeniero de redes fijo-móvil de DT, casi resumió perfectamente la idea que flota en el ambiente de este congreso pero que nadie se atreve a decir, porque aún es más fácil buscarle un encaje, casi forzado a IMS, que reconocer que empezando de cero, IMS no estaría en la ecuación: “IMS es una tecnología madura para reemplazar redes  legacy PTSDN e ISDN”, dejando entrever que no es en sí una herramienta para competir con los nuevos proveedores OTT.

No todo está perdido para aquellos operadores que ya tengan IMS instalado o estén en proceso de instalarlo en su red, pues el tema estrella del congreso, la tecnología o herramienta de comunicación que puede ayudar a los operadores a competir de verdad se llama WebRTC. IMS aparece como un importante aliado de esta tecnología para que los operadores puedan ofrecer niveles de confiabilidad y seguridad que no podrán ofrecer proveedores OTT.

En las próximas entregas trataremos todo lo comentado con respecto a WebRTC, APIs, la fusión de RCS y VoLTE, y la monetización de IMS.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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