WebRTC, mejor pronto que tarde; con y sin IMS

Cobertura IMS World – El evento de IMS World que se celebra esta semana en Barcelona ha sido uno de los más densos que recuerdo —terminaba hoy—. Después de explicar durante varias ediciones las deficiencias de IMS para que todos pudieran mirarse al espejo sin reproches, por fin se mostraron soluciones y explicaciones que invitan al optimismo y permiten avanzar. Por ello, no hubiese estado de más haber clausurado el evento en 2008 y haber dejado claro que no iba a volver a celebrarse hasta que alguien fuese capaz de ofrecer soluciones a problemas sobradamente conocidos. Este año, el evento ha sido relevante por este motivo, si bien los problemas siguen existiendo y apareciendo, hay formas de solucionarlos.

Basta con decir que en uno de los últimos paneles de debate se llegó a la conclusión de que los operadores debían superar, de una vez por todas, el hecho de haber llegado tarde a la nueva generación de servicios basados en estándares Web y que ahora controlan competidores como WhatsApp, Google o Facebook. La pregunta pues estaba clara, si los operadores han llegado tarde a la nueva generación de comunicaciones, ¿ahora qué?

Y una de las respuestas que emergieron con más brío fue: WebRTC. No la única, porque entre otras cosas, los operadores enfatizaron la necesidad de que RCS y VoLTE puedan ofrecerse conjuntamente, ya que ahora son islas incomunicadas a pesar de estar ambas basadas en IMS. Sirva como ejemplo el propio Telefónica que cuenta con una red IMS para sus servicios de RCS, VoLTE y telefonía fija, y sin embargo estas tres piezas en su red IMS no están conectadas entre sí, explicaba Antonio Cuevas, arquitecto de servicios de voz de Telefónica, en su presentación. Curiosamente este situación de Telefónica no es la excepción que confirma la regla, sino que es la regla en sí misma, pues el resto de operadores participando en el evento concordaban que sus lanzamientos de RCS y VoLTE iban por separado.

Durante el Mobile World Congress 2014, en nuestro panel sobre IMS, también se comentó el caso de operadores en Estados Unidos desarrollando dos “cores” de IMS, uno para VoLTE y otro para el resto de servicios.

Pero WebRTC emergió como una nueva oportunidad de engancharse a las comunicaciones modernas. En esencia WebRTC permite la comunicación iniciándose desde los navegadores, facilitando la interacción de múltiples formas y dentro de un mismo contexto. Por ejemplo, un usuario comprando un billete de avión desde una página Web, puede iniciar una video llamada con un agente de la aerolínea que al conectarse sabe exactamente lo que intentaba realizar el usuario y, por lo tanto, ya conoce el problema que estaba enfrentando el usuario en el momento de realizar la llamada. Por eso, cuando se habla de integración, los presentes enfatizaron que WebRTC debe permitir la comunicación de mensajes, voz y video, y a la vez el envío de datos —anoten esto en mayúsculas.

La buena noticia es que los presentes en el evento ya no proponen ideas milagrosas como esos jarabes que se vendían en el lejano oeste, sino piezas de un rompe cabezas. WebRTC no es en sí mismo un todo, sino un paso más para que todas las piezas de la red tengan más sentido en el modelo de negocio. El matiz es importante porque los operadores reconocían que, hasta la fecha, cada nueva tecnología se interpretaba como una revolución, una forma de deshacerse de material obsoleto para construir algo mucho más potente. Sin embargo, el tiempo parece haber dejado claro que los operadores no pueden revolucionarse, sólo evolucionar, porque sus activos de red son dispares y su uso también. Los operadores cuentan con autopista de servicios con múltiples vehículos que circulan a diferentes velocidades y utilizan carburantes dispares.

Por eso, WebRTC se construye en base a lo existente, no como un reemplazo. Y por eso IMS, o cualquier tecnología anterior sirve par explicar por qué WebRTC es una herramienta que, en manos de los operadores, puede tener características únicas que ningún OTT puede ofrecer.

Oscar Gallego, arquitecto y gerente principal de Vodafone, nos recordaba que la comunidad de comunicaciones más grande del mundo aún la forman los usuarios de SMS. Al mismo tiempo, Cuevas de Telefónica, defendía el argumento llevándolo un paso más allá, al mencionar que los operadores, conjuntamente, forman la mayor comunidad del mundo, alentando a los operadores a colaborar y a acelerar la interconexión de sus redes IP. A partir de esta premisa, donde los operadores y algunos de sus servicios son las mayores comunidades existentes, los usuarios se ven poco menos que “forzados” a crear sub comunidades a través de otros servicios como LinkedIn, Twitter, WhatsApp, el propio SMS. ¿Por qué decide el usuario crear este tipo de estructura de comunicaciones donde existen múltiples sub comunidades? La respuesta parece ser: porque nadie le ha ofrecido una integración o una solución que permita dicha integración.

Si los operadores entran en el mundo Web, con soluciones como WebRTC, apoyándose en IMS y sus sistemas de legado, no existe excusa por la cual un operador no pueda permitir que un mensaje se inicie, por ejemplo, en un chat en un navegador y termine en un SMS. No hay motivo para que un usuario con un amplio abanico de capacidades para comunicarse —video llamada, voz o mensajería de todo tipo— no pueda comunicarse con otro que sólo disponga de mensajería de legado. Y tampoco hay motivo por el cual un usuario desde un smartphone no se pueda comunicar con un usuario que en ese momento está en su PC navegando por Facebook. Y no hay motivo, porque todo parece indicar, viendo las presentaciones del congreso, que los operadores, con IMS y WebRTC y sus redes de legado ya pueden ofrecer este tipo de servicios a sus usuarios.

A pesar de que WebRTC sale beneficiado al contar con el soporte de IMS, Thomas Magedanz, gerente de la división NGN de Fraunhofer Institute FOKUS, aseguraba que los beneficios de WebRTC ofrecidos por los operadores pueden obtenerse también sin la utilización de IMS, recordando a los presentes que IMS podría obviarse y, aún así, se podría llegar a entrar en esta nueva era de las comunicaciones contextualizadas multi dispositivo.

¿Qué les falta a los operadores para lanzar WebRTC? Posiblemente, y por simplificar el asunto, sólo la voluntad de querer lanzarlo —y si se planea conectar IMS con WebRTC, invertir en gateways para conectar a ambas—. Hay OTTs jugando con el estándar, que aún se está construyendo, como por ejemplo Google cuyo servicio “Hangouts” es un híbrido de WebRTC con soluciones propias de Google —existe, además, un fuerte debate en WebRTC sobre el códec de video a utilizar, tanto que lo llaman el “Codec Wars”—. Sin embargo, para Douglas Tait, director de marketing de SDP de Oracle, lo que le hace falta a WebRTC es seguridad, confiabilidad, escalabilidad e interoperabilidad para acabar de ser adoptado masivamente en el mercado. Atributos todos ellos que únicamente los operadores pueden ofrecer y con los que concuerda Patrice Crutel, arquitecto senior del operador francés Bouygues Telecom, quien añade su sentencia final sobre el asunto: “WebRTC no va a esperar a los operadores que deben subirse a este tren o convertirse en tuberías”.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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