Cable & Wireless deberá dejar TSTT para fusionarse con Columbus en Trinidad y Tobago

Cable & Wireless Communications (CWC) venía dulce. Jamaica, uno de los principales escenarios en la disputa contra Digicel por el control del Caribe, acababa de aprobar la fusión con FLOW (Columbus). El episodio representaba un comienzo más que auspicioso en su búsqueda de aprobación regional.

Quizá, después de todo, las críticas que la compra despertó en la Unión de Telecomunicaciones del Caribe (CTU), la Autoridad de Telecomunicaciones del Caribe Oriental (Ectel) y la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS) no tendrían mayor peso. En Trinidad y Tobago, sin embargo, surgían presagios adversos.

La Unión de Trabajadores de Comunicación (CWU) tildó de “inquietante” la decisión tomada por las autoridades jamaiquinas y pidió su rechazo a escala nacional. Finalmente, menos de dos meses después, tuvo lugar un pronunciamiento oficial.

Según el periódico Guardian, la Autoridad de Telecomunicaciones de Trinidad y Tobago (TATT) determinó que, para proceder con la transacción, CWC deberá vender en el transcurso de un año su participación de 49 por ciento en TSTT con la venia de National Enterprises Ltd (Nel), la empresa que maneja el 51 por ciento estatal.

El regulador también propuso que cese el ejercicio de derechos para los accionistas de CWC, que deberán afirmar por escrito que no juzgan perjudiciales estas condiciones. Asimismo, pidió que se limite su acceso a los libros contables y registros, a fin de que apenas puedan sustanciar los dividendos adeudados y realizar declaraciones pertinentes, entre otras condiciones.

La medida resulta atendible, si se considera que, en los términos actuales, la fusión derivaría en un virtual monopolio de los servicios de banda ancha y telefonía fija. Sin duda, una tragedia para la estrategia corporativa de CWC.

La respuesta de la británica vino dotada de una aura zen pocas veces atestiguada en el áspero mundo de las telecomunicaciones. “Reconocemos completamente que nuestra participación en TSTT necesitaría ser neutralizada, ya sea por un ‘blind trust’ o mediante la venta de nuestras acciones”, señaló en un comunicado.

El abnegado enfoque de la británica sugiere la existencia de una estrategia alternativa y fue Joseph Remy, el combativo secretario general de CWU, el encargado de cristalizar una hipótesis.

“La posición de TATT logró efectivamente abrir el camino para que CWC adquiera FLOW para competir contra TSTT”, sugirió, “dado que nuestra información también sugiere que FLOW recibirá la tercera licencia móvil”. Hace referencia, claro, a la concesión otrora entregada a Laqtel, firma que desapareció en 2008 al no poder afrontar una serie de deudas.

Parece un rumbo sensato para CWC, luego del resonante fracaso que experimentó cuando no pudo persuadir al gobierno local de expandir su participación en TSTT, incluso tras prometer inversiones de 100 millones de dólares.

Kenny Lue Chee Lip, presidente de NEL, expresó que no aspiran a controlar el 100 por ciento de la compañía, que corre detrás de Digicel en telefonía móvil, con una cuota cercana al 45 por ciento.

Por su parte, CWC acordó con los accionistas de Columbus extender hasta el 31 de marzo el límite para la recepción de los consentimientos y aprobaciones requeridas para la adquisición. Mientras tanto, mueve sus piezas y analiza qué jugada podrá, eventualmente, poner en jaque a sus competidores en la región.

Andrés Krom se graduó en la Tecnicatura de Periodismo de TEA (Buenos Aires). Durante su carrera trabajó en varios medios de comunicación online en el sector de tecnología y telecomunicaciones. Sus artículos han sido replicados por importantes medios gráficos en países como Argentina, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Venezuela y publicaciones regionales.

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