La Autoridad de Telecomunicaciones de Trinidad y Tobago (TATT) aprobó con condiciones la fusión entre Cable & Wireless Communications (CWC) y Columbus.
De acuerdo al periódico Newsday, el regulador mantiene una visión crítica de los efectos que la transacción puede tener en el mercado local, razón por la cual impuso una serie de requisitos para su consentimiento. Después de todo, la fusión derivará en un virtual monopolio de los servicios de banda ancha y telefonía fija y una importante cuota en el segmento de televisión restringida.
Entre las condiciones exigidas, dispuso que CWC deberá vender en el transcurso de 18 meses su participación de 49 por ciento en TSTT con la venia de National Enterprises Ltd (Nel), la empresa que maneja el 51 por ciento estatal.
También propuso que cese el ejercicio de derechos para los accionistas de CWC, que deberán afirmar por escrito que no juzgan perjudiciales estas condiciones y pidió que se limite su acceso a los libros contables y registros.
La británica aceptó la medida y reconoció que su participación en la compañía será neutralizada, ya sea por vía de un “blind trust” o mediante la venta de sus acciones.
Asimismo, Columbus, que opera bajo la marca FLOW, tendrá que sostener sus gastos de mantenimiento hasta 2020, reforzar el despliegue de servicios en Tobago y, dentro de los seis meses de la adquisición, otorgar un registro escrito de la financiación propuesta por CWC para sus planes de negocios, además de futuras inversiones.
El anuncio probará ser una decepción para la Unión de Trabajadores de Comunicación (CWU), que había criticado la aprobación dictada por las autoridades jamaiquinas al exigir el rechazo de la compra a escala nacional.
Joseph Remy, secretario general de CWU y uno de los principales detractores de la operación, incluso dijo que la empresa resultante competirá directamente contra TSTT al sugerir que recibirá la licencia móvil otrora entregada a la desaparecida Laqtel.
