telesemana.com
Se ordena el tablero de los proveedores de infraestructura; los operadores latinoamericanos no lo notarán hasta 2017
A bote pronto, y aún digiriendo la noticia, todo pareciera indicar que la compra de Alcatel-Lucent (ALU) por parte de Nokia Networks vendría ser el inicio de una reorganización del tablero de los fabricantes de infraestructura a nivel global. Los rumores sobre la fusión entre alguno de los grandes proveedores siempre han estado presentes y este tipo de maniobra parecía inevitable, dado que la escala parece ser cada vez más fundamental, tanto a nivel operador como a nivel proveedor de infraestructura. Cíclicamente hablando, debe ser el momento de una nueva etapa de consolidación.Por este motivo podemos concluir que el momento del anuncio no es un capricho de Nokia Networks ni ALU, que ha aceptado rápidamente la propuesta, pues se juntan dos empresas que, en cierto modo, parecían estancadas en sus propias reestructuraciones, lentas y no siempre efectivas, mientras sus clientes inician una transformación hacia redes híperdensificadas, por un lado, y gobernadas por software, por el otro.La unión de estos dos proveedores de infraestructura parece estratégica, dicen los analistas, porque ahora es el momento de juntar activos de redes debido a la convergencia que se está produciendo en el sector de los operadores, proceso que vuelve a ser presentado como una necesidad imperiosa para poder competir. Los operadores, por un lado, están buscando a proveedores que puedan ofrecer de todo y, a la vez, existe en el mercado una necesidad por la especialización. Nokia ha alterado su ruta radicalmente para ir de la especialización a la expansión y así competir arriba de todo, con Huawei y Ericsson.Son varios los analistas, entre ellos de Analysys Mason y Ovum, que han alabado la expansión del portafolio de Nokia como consecuencia de su adquisición de ALU, precisamente por todos los motivos antes mencionados. Sin embargo, la finalndesa había optado voluntariamente y como medida competitiva centrarse en productos relacionados únicamente con la banda ancha móvil, dejando de lado todo lo relativo a otras líneas de negocio del sector de las telecomunicaciones.Durante los últimos años el proveedor de infraestructura se ha ido deshaciendo de líneas de negocio que ahora recuperará de la mano de ALU y en las que no demostró ser muy competitivo. Todo empezó a finales de 2011, con el anuncio de la venta de sus equipos microondas a Dragonwave y de los equipos de acceso a redes fijas a la empresa ADTRAN. En diciembre de 2012 se deshizo de su negocio de redes ópticas, el cual adquirió Marlin Equity Partners, grupo que aseguraba que, debido a la fragmentación de ese mercado, la unidad de Nokia podía consolidarse como un jugador importante en el sector —no tenemos noticias de que esto se haya producido—.A la vez que se iba desprendiendo de activos alejados de la banda ancha móvil, todos sus anuncios del último año han ido a fortalecer su idea de posicionarse sólo como proveedor de LTE y LTE-A a través de todo tipo de infraestructura. Sus acuerdos con operadores en Japón y Corea relacionados con las pruebas 5G y con avances en diferentes aspectos tecnológicos de LTE y LTE-A, como eICIC, MIMO, CoMP, eMBMS o LTE-U, han sido constantes —el propio Mobile World Congress 2015 dio fe de este esfuerzo—.Sin embargo, este fuerte foco o estrategia no le había servido para consolidarse más que en la cuarta posición en cuanto a la venta de RAN LTE. Según el reporte trimestral de participación de mercado elaborado por Dell’Oro Group, Ericsson, Huawei, Alcatel-Lucent y Nokia, fueron, por ese orden, los que más ingreso obtuvieron por la venta de equipos RAN LTE en el primer trimestre de 2014.Con la compra de ALU, Nokia adquiere el tercer espacio del podio, pero no gana la habilidad de disputarle el espacio a Ericsson y Huawei. Ovum asegura que la participación de mercado combinada entre Nokia y ALU rondaría el 26 por ciento, frente a un 36 por ciento de Huawei y un 33 por ciento de Ericsson.Este detalle es importante porque la empresa no fue muy eficiente en su unión con Siemens, donde su conjunto de activos no sirvió para mejorar su posición de mercado —de ahí que Nokia acabará comprando la mitad de NSN a Siemens por 2.200 millones de dólares a mediados de 2013—. Volver a mercados donde nunca llegó a ser competitivo, aún si ALU lo era, no garantiza necesariamente que el proveedor salga fortalecido contra empresas, como Huawei o Cisco, que en el mundo fijo están bien posicionadas, ya que Nokia no aportará prácticamente nada a excepción de los activos de la francesa que ya existen en el mercado. A su vez, una integración ineficiente podría llevar a los activos de ALU a ser menos competitivos bajo una gerencia, la de Nokia, que en su día decidió que no podía competir en dicho segmento.Dicho esto, es importante alertar que los analistas destacan que la convergencia entre redes es nuevamente necesaria para ser competitivo y parecen apuntar a que los proveedores que se conviertan en una tienda con todos los elementos para construir una red tienen más posibilidades de éxito que aquellos que solo ofrecen partes, aunque los operadores no deberían perseguir un matrimonio con un solo proveedor, pues la idea es evitar el 'vendor lock-in'.NEC, Samsung y ZTE quedarán ahora en una capa inferior y posiblemente su rol sea justamente el de la especialización en algunos de los componentes que formarán las redes de telecomunicaciones del futuro. Para estas empresas, la compra de ALU y la nueva estrategia de Nokia de abarcarlo todo —si es que no empieza a vender a trozos los activos fijos de ALU para quedarse solo con la parte de banda ancha móvil— podría presentarse como una buena noticia.Donde la compra de ALU puede tener un impacto importante y positivo para Nokia es en lo relacionado con SDN y NFV. En este ámbito ALU se ha movido con mayor celeridad mediante su ecosistema Cloudband y su subsidiaria Nuage Networks, que viene desarrollando una solución SDN para el WAN.En cualquier caso, la adquisición ordena un sector de infraestructura que era convulso para algunos fabricantes, especialmente los dos que ahora se juntan. Un mercado intensivo en capital no parecía admitir a tanto proveedor, por lo que la presión sobre los fabricantes se relajará durante un tiempo mientras Nokia y ALU acaban de consolidar sus activos, algo que se espera que tarde bastante tiempo en producirse, ya que el acuerdo recién se cerraría de forma oficial a mediados de 2016.De momento, Nokia acomoda las fichas en el tablero y abre la puerta para que sus competidores empiecen a buscar activos atrayentes para continuar la tarea. Y todo esto se produce en un mercado muy intensivo en hardware, que debe acomodarse a tener mayor presencia en software para poder acometer la transformación que van a sufrir las redes y que va a significar una mayor presión para aquellos con muchos activos de hardware pero menor escala.Este seguirá siendo el caso de Nokia tras la compra de ALU con respecto a Ericsson y Huawei. Si con esta adquisición no consigue crecer y retarles el mercado, muy posiblemente presenciemos una nueva reestructuración, donde no sería descabellado un retorno a la especialización.