La filial mexicana de AT&T tardará “un par de años” en alcanzar un nivel de servicio que le permita competir cabalmente con América Móvil, admitió su CEO, Thaddeus Arroyo, a la agencia Reuters.
“Lo que realmente queremos hacer en el largo plazo, que es desplegar tecnología avanzada de cuarta generación a más de 100 millones de mexicanos (…) eso tomará algunos años”, dijo en el marco de su participación en el Foro Económico Mundial (WEF), que tiene lugar en Riviera Maya.
A comienzos de la semana, la estadounidense concretó la compra de Nextel México, empresa que fusionará con Iusacell para crear una área de servicio móvil norteamericana que cubra a más de 400 millones de suscriptores y negocios a uno y otro lado de la frontera.
Con unos 12 millones de clientes, la compañía resultante se consolidará como el tercer operador mexicano en cantidad de usuarios y el segundo en términos de ingresos.
Además, controlará el 42 por ciento del espectro asignado para servicios de telecomunicaciones móviles, bastante lejos del 32,16 y 15,51 por ciento que tienen asignados respectivamente América Móvil y Telefónica, sus principales competidores en el país.