Los operadores móviles deberán implementar a partir del cinco de junio un sistema biométrico para verificar la identidad de los usuarios que contraten sus servicios con el objetivo de impedir su empleo en hechos delictivos.
Cuando no cuenten con este sistema, tendrán que cotejar los datos del documento nacional de identidad (DNI) presentado por el cliente con la base de datos del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec).
Las líneas celulares prepagas que incumplan esta normativa serán dadas de baja a partir del cinco de junio de 2016, cuando se cumplan 30 días de suspensión parcial y 30 días de suspensión total del servicio sin cambios en su condición.
También se activará un sistema de envío de mensajes de texto para notificar a un suscriptor el alta de otros dispositivos registrados con su número de documento y se comprobará que los terminales no figuren como sustraídos en la base de datos del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel).