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Microsoft da por perdidos US$ 7.600 millones por la compra de Nokia
La entrada de Microsoft al mundo de los dispositivos móviles fue mucho más difícil de lo que la compañía estadounidense pudo imaginar. La experiencia de Google comprando Motorola y vendiéndola dos años después a Lenovo ya había mostrado lo difícil que es para las compañías de software hacerse cargo de un negocio donde el hardware es el rey.Esta semana, Microsoft anuncia un nuevo plan de reestructuración de su unidad de negocios de teléfono, que implica una reducción de 7.800 posiciones. Como resultado, la compañía registrará un cargo por deterioro de aproximadamente 7.600 millones de dólares, en relación con los activos asociados a la adquisición de los negocios de dispositivos de Nokia y Servicios, además de un cargo por reestructuración de aproximadamente 750 millones de dólares a 850 millones de dólares.El plan de reestructuración espera completarse al término del año fiscal de la compañía.A pesar de estas noticias negativas, el plan de la compañía no parece ser el de abandonar el negocio de los celulares. Satya Nadella admitió que se están moviendo de una estrategia de crecimiento únicamente enfocada en el negocio de teléfonos a una centrada en el ecosistema Windows, que incluya el negocio de dispositivos —una visión que si bien estuvo presente tras la adquisición de Nokia, evidentemente la compañía no supo desarrollar—.Según IDC, al cierre de 2014 Nokia contaba con una participación del mercado global del 2,7 por ciento. Aunque las perspectivas son buenas —IDC confía que hacia 2018 el sistema operativo alcance una participación del 5,6 por ciento—, lejos está de alcanzar a Android o iOS —que si bien tiene una participación mucho menor que Android, su modelo de negocio es muy exitoso—.Además, el año pasado se sumó un nuevo competidor al mercado mundial de teléfonos móviles: las compañías chinas. Este grupo de empresas en 2014 ya representaron el 40 por ciento del mercado de smartphones, de acuerdo con cifras de TrendForce. Con ofertas de equipos económicos, estas empresas han logrado ponerle presión al mercado móvil, obligándolos a disminuir los precios de sus equipos o diferenciarse lo suficiente de sus competidores.Asimismo, con la expansión de Xiaomi fuera de China —recordemos que recientemente anunció que producirá equipos en Brasil—, los fabricantes de celulares tienen un escenario cada vez más desafiante.