El ABC del automóvil conectado

Si has comprado un automóvil nuevo en los últimos años, es posible que te hayan ofrecido un modelo que se destaque por algo más que sus asientos de cuero y la calidad de los altoparlantes. Los automóviles están comenzando a conectarse a la red, dando al conductor la posibilidad de acceder desde el tablero del vehículo a aplicaciones y servicios exclusivos a los smartphones y computadoras.

Dada la cantidad de tiempo que pasamos detrás del volante, vincular nuestros automóviles a la nube y a las aplicaciones que utilizamos para mantenernos informados y entretenidos tiene mucho sentido. Pero es necesario considerar que la industria automotriz es mucho más conservadora y reacia al cambio que el mundo en constante evolución de Silicon Valley. La integración de nuevas funcionalidades y servicios en los tableros de los automóviles ocurrirá mucho más lentamente que en los smartphones o tabletas.

La prudencia de los fabricantes de automóviles tiene su razón de ser. Las funciones de información y entretenimiento son a menudo utilizadas en vehículos desplazándose a alta velocidad. Una aplicación difícil de manejar o que distrae al conductor puede resultar fatal (con lo cual no es de esperar que Youtube forme parte del sistema HUD del coche en un futuro cercano). Aún así, en muchos automóviles nuevos se puede acceder a Pandora u otros servicios de streaming de audio con un simple toque de pantalla o incluso un comando de voz —lo que no es poca cosa.

Antes de comprar un auto conectado, vale la pena tener en mente un par de cosas:

  • La conectividad del automóvil puede darse de dos maneras distintas: o bien el vehículo cuenta con 3G o 4G incorporado, o bien provee los medios necesarios para conectar el tablero a Internet utilizando un smartphone. La conectividad integrada a menudo proporciona una mejor cobertura y una conexión más rápida a través de la antena exterior del coche; en ocasiones incluye funciones telemáticas adicionales (como la posibilidad de ver cuánta gasolina queda en el tanque mediante una aplicación remota); y puede hacer del automóvil un hotspot Wi-Fi. Pero también requiere adquirir una suscripción móvil adicional —y a menudo costosa— para el coche. En cambio, cuando la conectividad del vehículo se establece a través del smartphone, se están utilizando básicamente la conexión y plan móvil asociados al celular.
  • Por el momento existen sólo unas pocas aplicaciones disponibles para el auto. Si el mercado del smartphone se encuentra fragmentado, el del coche conectado no se queda atrás: cada fabricante tiene un sistema operativo diferente y requisitos distintos para sus aplicaciones — una verdadera pesadilla para los programadores. Algunas compañías como Pandora (cuyo objetivo es convertirse en la nueva FM de nuestros autos) harán todo lo posible para que sus aplicaciones sean accesibles desde 20 plataformas de información y entretenimiento diferentes, pero la mayoría no. Por otra parte, puede que los fabricantes de autos bloqueen ciertas aplicaciones por razones competitivas. ¿No sería maravilloso usar GoogleMaps, Waze o Here para obtener indicaciones de manejo detalladas? Lamentablemente, a quienes no les resultaría maravilloso es a los fabricantes de autos interesados en proteger las ganancias que obtienen de sus sistemas de navegación incorporados.
  • Si compras un automóvil conectado ahora, es muy probable que no tengas muchas chances de adquirir uno más moderno por un largo tiempo. Estamos acostumbrados a cambiar el celular por un modelo nuevo cada uno o dos años, pero por lo general esto no sucede con el coche. Lo cual significa que aunque los fabricantes ofrezcan algunas mejoras mediante actualizaciones del software, el hardware del auto se volverá obsoleto rápidamente.

Así, para el usuario compulsivo de los servicios de Google y Apple deseoso de utilizarlos en su vehículo, vale la pena aguardar un poco más antes de comprar un nuevo auto. Este año llegarán al mercado los primeros vehículos con soporte para CarPlay de Apple y Android Auto de Google. Pero no se debe esperar de estos servicios que recreen la experiencia iOS o Android en el tablero del coche, ya que no son verdaderas plataformas de información y entretenimiento. Más bien, lo que hacen es proyectar en el tablero una versión a escala reducida y desarrollada para el auto de la interfaz de usuario del smartphone, permitiendo a quien conduce acceder a los mapas y servicios de comunicación de Google y Apple sin necesidad de consultar el celular.

No creo que ninguna persona razonable decida hoy por hoy qué auto comprar exclusivamente en función de las aplicaciones que soporte, pero sospecho que este factor ganará en importancia a medida que la conectividad de los automóviles se vuelva más sofisticada. Al fin y al cabo, en nuestra vida cotidiana pasamos un buena cantidad de horas viajando de un lugar a otro, horas en las que queremos mantenernos tanto informados como entretenidos.

Texto traducido por Johanna Basnak, OpenSignal. Puede leer la versión original en inglés aquí.

Kevin Fitchard es un periodista especializado en la industria móvil y las tecnologías inalámbricas, que ha escrito más recientemente para Gigaom y como autor invitado para OpenSignal.

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