Los servicios de banca móvil contabilizarán 1.800 millones de usuarios para 2019, cifra que representará a más del 25 por ciento de la población mundial, señaló el Informe Global de la Banca Móvil realizado por KPMG.
El estudio revela que la banca móvil ya es el canal bancario más grande en volumen de transacciones y que su adopción se está acelerando entre los nuevos clientes gracias a la integración de los sistemas financieros y de pagos móviles.
“Los bancos deben adaptarse o morir”, dijo David Hodgkinson, de KPMG de Gran Bretaña. “La banca móvil está suplantando claramente todos los otros canales como el portal principal entre el banco y el consumidor”, agregó.
En ese sentido, el informe destaca que la banca móvil impulsa el desarrollo de “Open Banking”, modalidad que permite a los clientes realizar depósitos a través de varios canales, sistemas operativos y dispositivos como teléfonos y tabletas.
La disponibilidad de servicios de banca móvil se ha transformado en un factor clave al momento de elegir una nueva entidad financiera para muchos usuarios, que suelen tener entre 20 y 30 años, aunque no es suficiente para retenerlos.
Para aprovechar esta creciente demanda, el documento sugiere ampliar la oferta de servicios de valor agregado, extender la colaboración entre los bancos y los desarrolladores e invertir fuertemente en tecnologías de seguridad.
En la misma dirección, otro estudio, esta vez presentado por la firma de seguridad Easy Solutions, sostuvo que el 52 por ciento de los latinoamericanos que acceden a servicios bancarios en línea lo hace a través de un dispositivo móvil.
Algunas entidades ya están aprovechando este fenómeno, como sucedió con el Banco Bradesco de Brasil, que mediante el uso de datos patrocinados duplicó la cantidad de transacciones móviles entre enero de 2014 y mayo de 2015.
Ciertamente, Latinoamérica ha demostrado en los últimos años ser pródiga en el empleo de estos servicios. Solo Perú registra 17 millones de transacciones móviles mensuales y en países como Guatemala, Haití, Honduras y Paraguay, la posibilidad de usar celulares para llevar adelante diversas operaciones financieras ha sido fundamental para disminuir la brecha de bancarización.
