Televisa en el mercado de TV paga de México: ¿un dominante que no es dominante?

En una decisión llamativa el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) resolvió que el Grupo Televisa no debe ser considerado como un actor con poder sustancial en el mercado de televisión paga de México, más allá de reconocer que por medio de sus diversos operadores de TV cable y satelital controla más del 62 por ciento del total nacional. La medida se extiende en la cancelación de un proceso derivado, que en buena medida se esperaba: al no identificarse a Televisa como actor preponderante, no corresponde imponerle medidas de regulación específicas tendientes a aminorar y/o controlar su posición de dominio.

Recordemos que el Ifetel es un órgano colegiado de conformación profesional con atribuciones constitucionales para la regulación de los sectores audiovisuales y de telecomunicaciones, que toma sus decisiones en Pleno de Comisionados por mayoría (en este caso fue cinco a dos, con el rechazo de María Elena Estavillo y Adriana Labardini) y que Televisa es el principal grupo multimedios de México, con ramificaciones en telecomunicaciones y otros negocios, y que ya ha evidenciado repetidamente su capacidad de influencia en la arena política.

La resolución se fundamenta en la variación de las participaciones de mercado a nivel nacional durante los últimos dos años, un período en que por cierto Televisa ya estaba advertida de que se desarrollaba una investigación respecto a su condición dominante.  Sobre la base de un crecimiento general del sector, el Ifetel alega que Televisa registró un retroceso en su dominio del dos por ciento, que se transfirió a sus competidores. Además, induce que eso demuestra que el mercado sí tiene condiciones de competencia, por lo que Televisa no está en condiciones de fijar unilateralmente los precios ni restringir la prestación del servicio. Inducciones que suenan de base apresuradas y generalizadas, y que por cierto bien pueden no ser ciertas en muchas localidades específicas.

Sucede que, sumando más extrañeza al proceso, la decisión del Pleno ignora por completo las resoluciones de la Autoridad Investigadora del propio Instituto, que tiene a su cargo la etapa de investigación para este tipo de decisiones. En marzo de 2015, la Autoridad Investigadora del Ifetel emitió un dictamen en el que establecía que Televisa sí es actor predominante en TV paga, con poder sustancial de mercado en 2.124 municipios del país (cerca del 86 por ciento del total). A lo que siguieron otros dictámenes estableciendo el aumento de su dominio con poder sustancial en más localidades, mediante la compra de nuevos competidores (Cablecom, Telecable). Algo para lo que Televisa se ampara en el artículo transitorio nueve de la reforma de telecomunicaciones, que la habilita a adquirir otras empresas sin necesidad de aprobación del regulador, dada la existencia de otro actor preponderante en el sector ampliado de telecomunicaciones o radiodifusión (América Móvil). Ese extraño artículo transitorio, incorporado tras la reforma, hasta el momento ha beneficiado de modo especial a Televisa.

La consideración en forma exclusiva del nivel nacional como mercado relevante, y no de lo que ocurre en los múltiples niveles regionales y locales, así como  la importancia dada a variaciones porcentuales tan pequeñas en un período particular, y la generalidad de las inducciones de allí derivadas, hacen de ésta una decisión débil y poco sustentada.

La misma tampoco toma en cuenta la importancia de las economías de escala en el negocio de TV paga, ni que Televisa es a la vez la principal productora de contenidos audiovisuales del país, lo que sin duda reduce sus costos de operación y de adquisición de programas, aumentando su rentabilidad y ubicándola en una posición de ventaja sobre sus competidores. Es de esperar igualmente que el regulador mantenga las medidas generales de must carry y must offer sobre la distribución de señales televisivas, lo que puede ser visto como un aliciente a la competencia, pero no quita que Televisa se siga beneficiando de su capacidad diferencial en la producción de contenidos y del traspaso de esas sinergias a su negocio de TV paga.

El regulador anunció finalmente que seguirá observando la evolución del mercado, pero la decisión de por sí ya sienta un precedente: Televisa queda suelta de manos para estrategias más agresivas en la captación de clientes, e incluso para continuar con la compra de nuevos operadores. Y cualquier procedimiento para volver a considerar su posición dominante será ex-post, es decir, una vez que ésta haya aumentado.

Politólogo especializado en telecomunicaciones. Investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

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