En junio de 2013 se aprobó la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión en México. Tres años después, el regulador mexicano —el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel)— presentó un informe sobre la evolución del sector en estos años.
La información difundida por Ifetel muestra que quizás el impacto de la reforma no estuvo tanto en la composición del mercado —el agente preponderante América Móvil sigue dominando los negocios de telefonía fija y móvil— sino en los precios de los servicios y su adopción.
Desde junio de 2013 a diciembre de 2015, los precios de los servicios de telecomunicaciones cayeron un 23,2 por ciento a pesar de que, a la misma fecha, la inflación en México tuvo una tasa de crecimiento del 9,1 por ciento. Además, los precios de la larga distancia internacional cayeron un 40 por ciento y los precios de la telefonía móvil, un 32 por ciento. Esto se explica por la eliminación del roaming nacional y la imposición de tarifas asimétricas de interconexión al agente económico preponderante.
El regulador destacó que, mientras que durante el primer año y medio no hubo cambios en la inversión privada en infraestructura ni en el producto bruto interno (PBI) del sector, en 2015 la inversión en telecomunicaciones tuvo un crecimiento del 34,8 por ciento anual y el PBI se incrementó un 11 por ciento. La realidad es que recién en el último año se empezó a ver en el país el impacto de la entrada de jugadores como AT&T, que se comprometió a invertir unos 3.000 millones de dólares hasta 2018.
Este año se esperan nuevas inversiones en el sector, gracias al despliegue de 4G en la banda de AWS, otorgada recientemente a Telcel y AT&T.
Según cifras de Ifetel, antes de la reforma la inversión extranjera directa en el sector de las telecomunicaciones era del uno por ciento. Un año después de la reforma, ésta ya había subido a un cinco por ciento y hoy está cerca del 10 por ciento de la inversión extranjera directa total. De hecho, el país espera que las inversiones extranjeras en telecomunicaciones alcancen los 13.000 millones de dólares en tres años.
Ifetel destaca, además, que en los años posteriores a la reforma el sector de las telecomunicaciones contribuyó más a la economía nacional que en los años previos. “Si solo tomamos el último trimestre de 2015 o el primero de 2016, observamos que la participación de las telecomunicaciones en la economía nacional alcanza niveles históricos”, subraya el regulador.
El informe también apunta que en los últimos tres años se ha incrementado el acceso a servicios de telecomunicaciones, quizás como resultado de esta disminución de precios y la entrada de nuevos jugadores. Entre 2013 y 2016, la TV paga creció un 30 por ciento y hoy cerca del 60 por ciento de los hogares y empresas del país cuentan con servicios de TV por suscripción. Asimismo, mientras que antes de la reforma el crecimiento de la banda ancha fija estaba casi estancado, a partir del cuarto trimestre de 2015 y hasta finales de 2015, la tasa de crecimiento fue del 12,5 por ciento. En marzo de 2016, México contaba con una penetración de banda ancha fija del 47 por ciento sobre hogares.
Al mismo tiempo, se incrementaron las velocidades ofrecidas a los usuarios en materia de banda ancha. A principios de 2015, el 85 por ciento de los hogares contaban con servicios de Internet con velocidades de entre dos y 9,9 Mbps, pero a finales de año, solo el 22 por ciento de los usuarios tenían contratado servicios menores a 10 Mbps. En tanto, un 75 por ciento de los hogares ya tenían acceso a servicios de banda ancha con velocidades entre 10 Mbps y 99,9 Mbps.
Esto se explica por las inversiones que han realizado los operadores en nuevas tecnologías de acceso. De acuerdo con Ifetel, el par de cobre pasó de tener una participación del 66 por ciento a inicios de 2014 al 54 por ciento a finales de 2015. Esta tipo de red fue reemplazada paulatinamente por alternativas como el cable coaxial y la fibra óptica.
Obviamente que no se puede justificar el recambio tecnológico por la reforma en telecomunicaciones, sino que probablemente también haya estado impulsado por una necesidad de los operadores de atender el crecimiento de la demanda de servicios de banda ancha —en toda América Latina vemos que la fibra está comenzando a tomar cada vez mayor relevancia—. Sin embargo, no se puede obviar que en los años posteriores a la reforma hubo gran cantidad de anuncios de operadores incrementando su inversión en el despliegue de tecnologías más modernas.
La reforma mexicana, igualmente, tiene todavía muchos temas que resolver. Las medidas de preponderancia aún no han logrado dar vuelta a un mercado aún dominado por Telmex y Telcel en los negocios de telefonía fija y móvil y por Televisa en radiodifusión y TV paga. No obstante, sí ha impulsado algunos cambios, como la entrada de AT&T y los operadores móviles virtuales (MVNO); y una consolidación del sector, con Televisa adquiriendo nuevos operadores de TV paga y Axtel y Alestra anunciando su fusión.
Pero la reforma tampoco cumplió una de sus promesas: el otorgamiento de la licencia para ofrecer servicios de TV paga a Telmex —un reclamo histórico del operador—. Temex es hoy quizás uno de los pocos jugadores en condiciones de hacerle frente a Televisa en este apetitoso mercado —el otro es AT&T que tiene participación en el operador de DTH Sky a través de DirecTV—.
Y a tres años de la reforma, aún no se ha completado la licitación para la red mayorista de 700 MHz, un modelo inédito en la región y que aún genera dudas sobre cómo será su modelo de negocio.
