“Hacen falta unos 29 IXPs más en América Latina”

En TeleSemana.com seguimos desglosando el informe de Cet.la sobre brecha digital en América Latina y hablando con sus protagonistas. Esta vez, tuvimos la posibilidad de entravistar a Raúl Katz, autor del informe y consultor del sector de las telecomunicaciones para entender cuáles son las estrategias que deberían llevar adelante los gobiernos y las empresas para reducir los costos y llegar con banda ancha a todos los sectores de la población.

Recientemente publicó un estudio junto con Cet.la dónde señalaba la necesidad de recortar impuestos como una forma de cerrar la brecha digital, ¿qué pueden hacer los operadores, teniendo en cuenta que no pueden esperar a la buena predisposición de los gobiernos para que bajen los impuestos?

El tema es que hay pensar un poco hasta qué punto pueden modificarse algunos de los modelos de negocio. Acá hay responsabilidad tanto del sector privado como del sector público. Si uno mira los ARPUs africanos, ve que son más bajos que América Latina, sin embargo, hay operadores en África que tiene márgenes saludables. Esto tiene que ver con como se estructuran las operaciones para ser suficientemente eficiente y flexible, y poder cortar los costos operativos. Esa sería la responsabilidad del sector privado.

Por otra parte, cuando se analizan los costos de los operadores, hay muchos costos que se relacionan con pagos que ellos tienen que hacer al estado en términos de impuestos, aranceles, permisos. Más allá de los impuestos corporativos normales que todas las empresas tienen que hacer al Estado, como ganancias o rentas, el sector de telecomunicaciones tiene que hacer varias contribuciones desde el punto de vista de impuestos específicos, pago por espectro o impuestos de importación de equipamiento. Cuando uno comienza a sumar estos costos adicionales, esto se agrega a la estructura de costos del operador.

Entonces aquí la pregunta es: ¿qué es lo que estamos tratando de maximizar? Si queremos llegar a la base de la pirámide, es decir a resolver el problema de la brecha digital, tendríamos que evitar imponer nuevas contribuciones o impuestos para los operadores de telecomunicaciones para que puedan cerrar sus números de manera más adecuada. Hay precedentes de este tipo de políticas económicas en muchos países. Por ejemplo, en 30 de los 50 Estados de los Estados Unidos hay una excepción al impuesto a la venta por adquisición de equipamiento para los operadores de banda ancha. En Malasia hay una exención impositiva a la compra de equipamiento si se demuestra que para que lo va a usar es para el despliegue de banda ancha en cualquier zona del país. Esas son algunas aproximaciones de políticas públicas que pueden ser utilizadas por parte del sector público para poder entregar servicios.

Mencionó dos casos y ninguno es en América Latina, ¿están hoy los gobiernos de la región maduros para entender esto que usted plantea como una necesidad?

En América Latina se está discutiendo. El problema que hay es que no estamos en una situación en la que los gobiernos se pueden permitir una menor recaudación fiscal por la disminución de los costos de las materias primas a nivel mundial. El sector público ya no tiene esa disponibilidad de fondos que tenía hace unos años y estamos en una discusión que hay que ver el costo y beneficio.

Por el lado del costo, si el Estado reduce este tipo de ingresos, ¿cómo lo va a compensar para seguir pagando ciertos servicios públicos? Y por el lado de los beneficios, creo que todavía no se ha hecho mucho trabajo para entender el efecto positivo que tiene. Cuando uno baja el costo de adquisición de la tecnología esto conlleva mayor adopción de la tecnología, lo que lleva a un impacto económico más importante en el conjunto de la economía. Es lo que se conoce como efecto de derrame: los usuarios van a tener acceso a mejor empleo y adquisición de productos. Así que, por un lado, puede perder ingreso por la recaudación de impuestos pero se gana por otro lado, porque la economía puede recibir un impulso importante por la difusión más importante de la banda ancha. Entonces, ahí es donde estamos en la discusión.

Por lo que me está comentando, lo que no está claro para los gobiernos latinoamericanos es es el retorno de inversión que tendría otorgar beneficios al sector…

Sí, y no está claro porque muchos gobiernos no han hecho el análisis necesario para entender esto. Todo el mundo sabe que si subimos los impuestos traemos dinero a las arcas, pero ¿qué pasa si bajo los impuestos? ¿Cuál va a ser el impacto? Ese tipo de análisis de contribución relativa todavía no se ha hecho.

Volviendo a los operadores, una cuestión interesante que mencionaba el informe es la necesidad de generar ofertas flexibles para atender a los sectores de menores ingresos. En América Latina hemos visto algún tipo de oferta más flexibles, como el caso de Internet por día, ¿cuánto más flexible se puede ser?

En términos de flexibilidad en América Latina podemos tener unas cuatro ofertas distintas: por día, por acceso a ciertos sitios, entre otros. En Bangladesh, un operador, por ejemplo, ofrece entre 20 o 25 ofertas, es decir que hay una variedad y una flexibilidad mucho más grande. Por ejemplo, tienen una oferta que la llaman el búho, porque permite acceder a Internet entre las 11 y las tres de la mañana, que es más barato porque hay menos requerimiento de capacidad. De esta manera se armoniza la capacidad de la red con una política de precios.

Se necesita una flexibilidad importante para darle más opciones al usuario.

Imagino que esto no es sólo un problema de marketing, sino también del área de redes que necesitarán una infraestructura más flexible para atender a estas necesidades de nuevas ofertas…

Sí, esto es un trabajo de conjunto, pero como se hace el desarrollo de producto en un operador hoy se trabaja desde marketing en conjunto con el área de redes para ver cuál puede ser el impacto y es un trabajo cruzado entre diferentes funciones. Pero es marketing quien debería llevar adelante esto.

¿Podría ser una barrera la estructura de red de los operadores para esta flexibilidad que se necesita?

Yo no creo. En mi experiencia trabajando con los operadores, veo que, cada vez más, la industria tiene un abordaje donde las diferentes funciones están trabajando de manera combinada, tanto en el desarrollo del producto como desde resolver problemas de servicios de atención al cliente o calidad de servicio. No creo que esto sea una barrera.

¿Qué opinión tiene de las ofertas de zero rating?

Por un lado, hay ciertos beneficios porque provee un punto de entrada a Internet a cierta base de usuarios. El problema que nos preocupa es el tema de la selectividad de los sitios a los cuales el usuario puede acceder y, en función de eso, vemos una violación del principio de neutralidad de red.

Pensando en la necesidad que tienen hoy los operadores en disminuir los costos de la banda ancha, vemos que América Latina aún tiene problemas en los precios mayoristas. Algunos gobiernos de la región como Argentina, Perú, Colombia se han puesto al hombro esta problemática intentando con redes troncales bajar estos costos, ¿cree que puede ser útil para bajar los precios y disminuir la brecha digital?

Sí, totalmente. Volviendo al tema de la reducción de costos, si uno empieza a revisar la estructura de costos, todo lo que son vínculos de interconexión de una red representa cerca del 30 por ciento de los costos de operación de esa red. Es decir, el 30 por ciento de los costos de una operación de una red celular es la transmisión entre troncales, vinculación entre las torres o vínculo a otros sitios de Internet que están siendo accedidos. Entonces, si se puede disminuir esos costos, el operador va a tener que incurrir en una reducción de los costos de operación de la red.

Yo acabo de terminar un modelaje de este tipo de escenario donde analizamos ¿qué pasaría si yo puedo reducir mis costos de transmisión en un 10 o 20 por ciento? Lo que ocurre con eso son varios efectos: parte de ese beneficio los operadores se lo guardan en el bolsillo, es decir, va para los márgenes; otra parte va para alimentar mayor inversión de capital, lo que es algo muy bueno, porque habrá más despliegue de redes, y otra parte se convierte en una reducción de los precios al consumidor.

Ahora bien, ¿cómo se pueden reducir los costos de transmisión en un 10 o 20 por ciento? Si existe una estructura monopólica de transmisión, es decir, que un operador depende de un solo proveedor de transmisión, tenemos un cuello de botella, porque los costos son muy altos. En ese sentido, políticas de despliegue de redes del sector público como puede ser Arsat, la red troncal en Perú o la estructura de Telebras en Brasil —si funcionan bien— crean más competencia, bajando los precios. Tiene que haber competencia en la transmisión, sino los precios no van a bajar.

La otra alternativa es desplegar mayores puntos de interconexión, como lo que hace Cabase en Argentina. Los centros de interconexión de tráfico lo que permite es que el tráfico local no salga de una región o de un país. En Argentina la estructura de interconexión es muy buena porque Cabase tiene un despliegue de centros de interconexión muy importante. Y allí se ha comprobado que este despliegue ha disminuido los costos de transmisión para operadores de servicios de banda ancha.

Evidentemente, Argentina es de los países más maduros en cuanto a la implementación de puntos de intercambio de tráfico. Pero en el resto de la región, algunos países recién están inaugurando el primer punto de interconexión de tráfico, ¿cuánto falta por hacer en este tema?

Es cierto, Paraguay inauguró el primero hace poquito, Bolivia lo mismo, Perú está desplegando de a poco… Hoy, a nivel Latinoamericano, hay dos países que tienen una capilaridad de centros de interconexión adecuada: Brasil y Argentina. Los otros pueden tener uno, dos o tres. México, por ejemplo, está muy atrasado. Hay un solo centro en la Ciudad de México, con lo cual, la mayor interconexión de Internet de México se hace en los Estados Unidos. Algunos países que son muy chicos, como los de América Central, no necesitan más de un centro.

Nosotros hicimos un trabajo donde cuantificamos la cantidad de centros nuevos que se necesitan en América Latina y el resultado era que necesitábamos unos 29 sitios todavía. Por ejemplo, en Perú se necesitan tres más, en Colombia entre cuatro o cinco y en México, ocho… hay todavía mucho camino por recorrer.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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