La brasileña Oi publicó sus resultados trimestrales al cierre de septiembre de 2016. El operador, que enfrenta un proceso de recuperación judicial por quiebra, reportó ingresos por 6.394 millones de reales (1.998 millones de dólares) en el tercer trimestre, un decrecimiento del 6,3 por ciento anual. El Ebitda trimestral se ubicó en 1.645 millones de reales (514,14 millones de dólares), una baja del 24,5 por ciento anual —aunque un incremento del 14,6 por ciento con respecto al trimestre inmediatamente anterior—. El margen de Ebitda se situó en 25,7 por ciento.
Sin embargo, la compañía registró en el trimestre un perjuicio líquido consolidado de 1.015 millones de reales (317,24 millones de dólares), apenas un 0,8 por ciento por debajo del mismo período del año anterior.
La deuda líquida cerró en 41.184 millones de reales (12.872 millones de dólares), un incremento del 10,6 por ciento anual pero una reducción del 0,5 por ciento con respecto a junio de 2016.
En el último trimestre reportado —y gracias al inicio del proceso de recuperación judicial— Oi logró incrementar en un 39,9 por ciento la caja disponible hasta 7.142 millones de reales (2.232 millones de dólares). Este incremento —a pesar de ser todavía una cifra muy inferior a setiembre de 2015— le permitirá a la compañía mejorar su posición para atender al pago de deuda.
Una curiosidad es que, en un mercado brasileño en que los operadores se quejaban de una situación económica que no les permitía invertir, Oi sorprende con un crecimiento de su capex del 1,9 por ciento anual hasta 1.004 millones de reales (313,8 millones de dólares).
En el análisis operativo, Oi contabilizó 16,10 millones de clientes de servicios residenciales, de los cuales 9,68 millones corresponden a líneas de telefonía fija —una reducción del 5,2 por ciento anual—, 5,16 millones a líneas de banda ancha fija —un incremento del 0,5 por ciento año a año— y 1,25 millones de suscriptores de TV paga —un alza del 7,6 por ciento anual—. El crecimiento de los suscriptores de banda ancha y TV paga se explican por la buena aceptación de la oferta de servicios triple play de la compañía.
El ARPU residencial totalizó 81,5 reales (25,47 dólares), un crecimiento del 2,5 por ciento anual. Los productos de banda ancha y TV tuvieron un incremento del ARPU del 7,4 por ciento y 21,4 por ciento, respectivamente. La telefonía fija, en tanto, registró una baja del 1,4 por ciento.
Los números demuestran por qué, y a pesar de que Oi asegure no estar dispuesto a vender en el corto plazo activos en el país, la primera opción ante la necesidad de desprenderse de activos es vender su negocio de la telefonía móvil.
En este negocio, Oi reportó ingresos por 1.942 millones de reales (606,97 millones de dólares) entre junio y septiembre, una reducción del 5,2 por ciento anual. El número de líneas móviles se redujo un 6,3 por ciento anual hasta 44,11 millones, impulsado por la caída del 7,4 por ciento en el segmento prepago —que se vio compensado con un incremento del 0,5 por ciento en el segmento postpago—.
