Los operadores quieren liderar 5G pero, ¿están preparados para captar el valor que generará la tecnología en otros verticales?

La tecnología 5G es para la industria inalámbrica la meta a perseguir y que, se espera, vendrá a poner patas para arriba el mercado tradicional de telecomunicaciones y, posiblemente, la economía global. Quizás crean que estamos exagerando, pero un estudio de IHS para Qualcomm compara a la 5G con tecnologías tan revolucionarias para su época como la máquina de vapor, la electricidad, la imprenta y, más recientemente, Internet.

Lo cierto es que se espera de 5G una revolución que —a mi parecer, pero esto es una opinión personal— ya ha comenzado con 4G y M2M pero que, sin lugar a dudas, se potenciará con la llegada de 5G y la masificación de la Internet de las Cosas (IoT).

Los reportes sobre 5G vienen a confirmar una sospecha de la industria, y que a los operadores quizás les cueste reconocer: el verdadero valor de la nueva tecnología móvil no estará en la conectividad —¿lo está hoy en 4G?—.

Un informe de IHS afirma que para el año 2035, fecha que la consultora calcula la tecnología de 5G ya estará madura, su contribución a la economía global alcanzará 12,3 billones de dólares o lo que representará un 4,6 por ciento del valor total del producto bruto mundial (PBI). Pero la cadena de valor de la tecnología —suponemos que aquí se concentra el equipamiento, terminales, y conectividad, entre otros— representará solo 3,5 billones de dólares, lo que pone a los operadores y a la industria tradicional de telecomunicaciones en un margen muy pequeño respecto al total del mercado 5G.

La cifra puede preocupar si, tal como estima IHS, la industria tradicional de telecomunicaciones deberá invertir cerca de 200.000 millones de dólares anuales para expandir 5G y soportar a todo el nuevo ecosistema —aunque si estos números son ciertos, una inversión de 200.000 millones de dólares para un valor de 3,5 billones no parece mal negocio—.

Los operadores no quieren quedarse con las migajas del pastel, sino que están convencidos en que deberán liderar el mercado 5G. Y para que ello ocurra, evidentemente deberán buscar los modelos y socios de negocio que les permitan crecer en verticales tan desconocidos como manufactura, servicios públicos o gobierno. Estos tres verticales son los que IHS pone en el top cinco en cuanto a generación de valor 5G para 2035. Mientras que manufactura se ubica en un primer lugar con un valor de 3,4 billones de dólares, la industria de información y comunicaciones apenas araña el segundo lugar con 1,4 billones, seguido de cerca por el sector público con un estimado para 2035 de un billón de dólares.

Las predicciones sobre el impacto de 5G parecen estar a la orden del día y empezando el 2017, CTIA lanzaba su propio estudio sobre la contribución de la nueva tecnología móvil aunque, en este caso, relegado solo al mercado estadounidense y con un foco más orientado hacia el desarrollo de las ciudades inteligentes. De acuerdo con el informe, producido por Accenture, 5G creará tres millones de puestos laborales y añadirá cerca de 500.000 millones de dólares al producto bruto interno (PBI) de los Estados Unidos. Solo en ese país, Accenture estima que los operadores de telecomunicaciones deberán invertir 275.000 millones de dólares en un período de siete años para desplegar y hacer crecer la 5G.

Más allá de que estas cifras se confirmen en un futuro, los reportes vienen a demostrar que el verdadero valor de 5G estará mucho más allá del mercado tradicional de telecomunicaciones —o, al menos, esa es la visión que parecen tener ciertos actores de la industria y sus analistas—. Si los operadores quieren captar mayor valor de la nueva tecnología móvil, deberán dejar de pensar como operadores tradicionales y comenzar a analizar los nuevos modelos de negocio que le permitan entrar en nuevos verticales y captar, al menos, parte de los cerca de 11 billones de dólares que —estima IHS— la 5G generará en el resto de la economía.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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