“La producción de celulares no es la más favorable en Argentina y hace que los precios sean caros”

El mercado ilegal de celulares crece sin límite y preocupa cada vez más a Latinoamérica. El robo es sólo una parte de una problemática compleja que atañe a gobiernos, operadores y usuarios. Argentina no es ajena a esto sino todo lo contrario, está en los primeros puestos entre los países más afectados de la región y las medidas tomadas parecen, allí también, ser insuficientes. TeleSemana.com dialogó con Jorge Giordano, gerente de la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (CATEMA) para conocer más de cerca los pormenores de esta situación en el país.

¿Cuál es la situación actual en Argentina?

Hay dos. Por un lado está el robo y por otro el mercado ilegal, que proviene de Latinoamérica. Las dos situaciones afectan seriamente la actividad de comercialización y las telecomunicaciones. Hay países como Paraguay o Perú que trafican hacia acá, en otro momento fue al revés. Se estima que entran dos millones de equipos al año de forma ilegal, según los datos que se obtienen de la caída de la producción local.

¿Qué factores “alientan” el comercio ilegal?

Los precios. La forma de producir no es la más favorable en Argentina y hace que los precios sean caros. Es por la metodología que se utiliza: primero se importan los componentes, después llegan a Buenos Aires y de ahí hay que trasladarlos a Tierra del Fuego, donde tiene lugar el ensamblaje. A ese costo adicional de mano de obra hay que agregar uno extra de destino final, ya que el mayor caudal de celulares se vende en el centro y en el norte del país.

¿Cómo afecta esto a empresas y consumidores?

Las empresas bajaron su producción; antes producían 13 millones y el año pasado llegaron a nueve o 10 millones, ahí está la brecha. Tenemos un serio problema con la actividad y esto empalma con el robo, porque es fácil colocar los equipos en el mercado ilegal.

El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) registró alrededor de 1,1 millón de denuncias formales pero hay un problema con las estadísticas porque la mayor parte de delitos son hurtos y no se denuncian. Además, hay más prepagos y los clientes de esta modalidad generalmente no dan aviso a la policía. De los datos oficiales se cree que es el doble, y de ahí llegamos a un promedio de 5.000 o 6.000 celulares robados por día en Argentina. Hay otra pata que tiene que ver con los delitos que se hacen después, como secuestros virtuales.

¿Considera que las medidas tomadas para combatir esta problemática fueron útiles?

Si no se combate el delito que hay detrás es algo complejo. Por la situación económica, la gente busca algo de menor precio y no siempre pregunta de dónde proviene el dispositivo. Un teléfono que sale 5.000 pesos (unos 300 dólares) lo podés conseguir en el mercado ilegal a 3.500 pesos (216 dólares). En abril comenzó la nominatividad de prepagos, por la cual todas las líneas de ese tipo deberán estar verificadas, pero considero que hay otras cosas por hacer. Si se conoce que lo que se produce en Tierra del Fuego es legal y lo que importan los retail también, se puede hacer una base de datos con eso, por ejemplo.

¿Qué rol cumplen los operadores en este circuito? ¿Trajo algún beneficio la implementación de Nos Importa (GSMA)?

Depende de muchos factores, pero todo lo que se haga para combatir el delito va a estar bien, no es que no sirve. La clave es que no terminen en un papel porque se convertiría en una simple expresión de voluntades.

A los operadores el robo no les afecta, salvo que le roben directamente a ellos. No les afecta porque su principal interés es el consumo y eso se mantiene. A los fabricantes tampoco —aunque algunos me consta que tomaron medidas— porque la marca coloca igualmente un teléfono en el mercado. A lo sumo va a tener un problema de distribución porque se termina activando una línea en Argentina con una serie que pertenece a Chile. 

¿Cómo observa a la Argentina en el contexto regional?

En Argentina esta problemática generó que baje muchísimo la actividad y se están perdiendo empleos, se vende cada vez menos. Por eso también se sacaron los impuestos a las PCs, porque no se vendían. Diría que Argentina está al tope de este problema. De la región entiendo que Colombia viene trabajando bien y Brasil cambió la forma de producir y redujo los costos, cuando eso pasa no es necesario recurrir al mercado ilegal. Esos dos son casos que se podrían seguir y replicarse acá.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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