Hace algunos meses comentábamos que los operadores estadounidenses se habían puesto la meta de acelerar el despliegue de LTE a velocidades Gigabit, como una forma de adelantarse a la 5G. En febrero, Telstra (Australia) anunció la oferta de velocidades de 1Gbps con el primer router capaz de soportar la tecnología. Y en los meses subsiguientes se ha sumado Sprint (Estados Unidos) y Monaco Telecom (Mónaco).
Para este año, ABI Research pronostica que a nivel mundial habrá dos millones de suscripciones Gigabit LTE, cerca del cinco por ciento de las conexiones a LTE Advanced Pro. Recién en casi diez años, para 2026, ABI cree que las velocidades gigabit en 4G representarán el 70 por ciento de las conexiones LTE-A Pro y el 30 por ciento de las conexiones LTE. La consultora no revela qué porcentaje de las conexiones móviles a nivel mundial serán LTE para esa misma fecha aunque señala que recién para 2024 captarán el 50 por ciento, un crecimiento de 2,8 puntos porcentuales anuales. Si se mantiene esta tendencia, para 2026 estaríamos cerca del 56 por ciento del mercado móvil en redes LTE, mientras que Gigabit LTE representaría solo el 30 por ciento de ese 56 por ciento. Un número interesante, pero todavía pequeño.
Antes que Gigabit LTE y LTE-A Pro, los operadores de telefonía móvil deberán lanzar LTE-A. Si bien ya vemos que mucho se ha avanzado, la siguiente generación de redes LTE aún es una tarea pendiente, especialmente en nuestra región.
En América Latina, quienes han avanzado con LTE-A se han encontrado con la problemática de la disponibilidad de terminales —especialmente en gama media y baja—. Sería ingenuo pensar que no sucederá lo mismo con Gigabit LTE. Recién este año hemos visto los primeros módems y chips capaces de soportar redes de velocidades gigabit, por lo que los primeros terminales que lo incorporen probablemente llegarán recién en 2018. Estos terminales serán primero de gama alta y escasos, destinados principalmente a mercados desarrollados.
