La aceleración en la penetración de banda ancha móvil en México es innegable y The Competitive Intelligence Unit (The-Ciu) le puso cifras: creció 26 por ciento interanual hasta 69,2 millones de accesos. La penetración del servicio llegó al 55,7 por cada 100 habitantes pero hay un tema que todavía está pendiente: la enorme brecha entre ricos y pobres.
En este aspecto se concentró The Social Intelligence Unit (Siu), que tomó los datos para alertar la diferencia de adopción de banda ancha móvil según los niveles socioeconómicos del país. “El crecimiento en la penetración no se ha dado de manera homogénea y es posible percatarse de una brecha digital que limita a los más rezagados”, señaló en un comunicado.
Las personas de nivel socioeconómico A (alto) cuentan con un porcentaje de penetración de 95 por ciento frente al 84 por ciento de participación en la población de nivel C+ (medio/alto). El 71 por ciento y el 61 por ciento accede a banda ancha móvil en los estratos C (clase media) y C- (medio/baja) respectivamente. En tanto, solo el 44 por ciento de la población con menos recursos (clase D y E) cuenta con el servicio.
El número total de personas que accede dentro de los estratos D y E es de 35,1 millones y la diferencia de penetración entre este estrato y el de personas de mayores recursos (clase A) es de 2,1 veces. En otras palabras, alguien que corresponde a la clase socioeconómica más alta tiene más del doble de posibilidades de acceder a banda ancha móvil frente a una persona de clase D/E en México.
De acuerdo al estudio, la línea de telefonía móvil de los usuarios de menores ingresos se encuentra dentro del esquema prepago, lo que genera que el costo del megabyte sea superior. Por lo general optan por el uso de una red Wi-Fi, el consumo de minutos y mensajes de texto, que en la mayoría de las propuestas de operadores son limitados.