La nueva era de 4G IP evoluciona alrededor de la creación de una red con la escala y amplitud para satisfacer la creciente demanda de una sociedad cada vez más conectada.
Para esta evolución se necesitarán redes más simples, con escala e inteligentes que puedan ofrecer un desempeño de alto nivel a los operadores de forma que puedan adaptarse rápidamente a los cambiantes patrones de uso, el comportamiento de sus usuarios y a los requisitos necesarios para obtener un rendimiento óptimo de la red.
Este tipo de redes serán, sin duda, lo que permitirá a los operadores crear valor y oportunidades de nuevos ingresos mediante el aprovisionamiento de una experiencia personalizada, confiable y consistente.
Los operadores se encuentran en una posición privilegiada para explotar estas oportunidades, pero necesitan redefinir el diseño de sus redes IP basándose en la demanda proyectada. En concreto, los operadores deben pensar más allá de la simple adición de mayor capacidad y explorar como pueden utilizar mejor las capacidades de sus redes para crear y monetizar nuevas formas de diferenciación.