Google avanza de a pasos cortos en un mercado cubano que empieza a modernizarse

La noticia impacta por sus protagonistas: por un lado, una compañía privada nacida de la máxima expresión del mundo capitalista y, por el otro, una de las empresas estatales de los últimos bastiones del comunismo. Por un lado, una empresa que podríamos calificar de OTT —aunque ya ha alcanzado cierta complejidad que esa palabra le queda chica— y, por el otro, una empresa de telecomunicaciones tradicional. Estamos hablando de Google, una de las compañías digitales más grandes del planeta, y la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), el operador estatal de telecomunicaciones del país más atrasado tecnológicamente de occidente.

Claro que la noticia de una colaboración entre estos actores no es nueva. Google ya había hecho acuerdos en Cuba para el caché de sus servicios y mantenido reuniones en un intento de promover el acceso a Internet de los cubanos, una de las materias pendientes que tiene el país. Sin embargo y luego de que el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, deshiciera casi todos los avances de su antecesor, Barack Obama, con respecto al embargo que mantiene el país contra Cuba, el hecho de que Google vuelva a intentar avanzar más allá de los acuerdos iniciales con Etecsa es relevante, aunque todavía no sea suficiente para asegurar que las cosas vayan a cambiar para los cubanos.

Cuatro años atrás Cuba proponía una hoja de ruta para Internet con metas que en ese entonces llamaron la atención de la industria. La apertura del mercado aparecía como una posibilidad algo más cercana, más si tenemos en cuenta que un año después la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) parecía dar señales de apertura para que las empresas estadounidenses invirtieran en el país.

El año pasado se vivió un hito en la historia de las telecomunicaciones de Cuba: la empresa de telecomunicaciones cubana lanzó servicios 3G. También en ese país se celebró el Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones (CLT), en una muestra de que el gobierno cubano está más abierto a promover la innovación tecnológica dentro de su territorio —y que las empresas del sector están interesadas en ayudarlo—. Incluso, poco después de haber lanzado 3G, Etecsa confirmó que invertiría en 4G para atender la alta demanda en el consumo de servicios de datos.

A pesar de estos pequeños avances, el mercado de las telecomunicaciones de Cuba se mantiene limitado, en parte porque se trata de un servicio oneroso. Las tarjetas para acceder a Internet se cotizan en dólares, en un mercado en el que el salario promedio ronda los 30 dólares. Y aún con dólares en el bolsillo, las tarifas alcanzan los 0,10 CUC (un CUC es igual a un dóla) por MB cursado a un contenido ubicado en el exterior, que se reduce a 0,02 si el acceso es hacia una página local.

La noticia publicada hoy por Etecsa es que ha firmado un acuerdo con la compañía estadounidense Google para iniciar la negociación de un posterior acuerdo de intercambio de tráfico de Internet (peering), con el objetivo de mejorar la calidad de acceso de los contenidos de Internet —al menos, de los contenidos de Google—. La firma del memorando de entendimiento apenas es una muestra de buenas intenciones, luego del acuerdo de caché firmado en diciembre de 2016 y que funciona desde abril de 2017. De ponerse en funcionamiento, podríamos esperar que ayude a Etecsa a reducir sus costos y traslade esa baja al precio que pagan los usuarios.

Cuba está conectado al resto del planeta por dos cables submarinos: un estadounidense que llega a la base militar de Guantánamo y uno venezolano, que lo conecta con Jamaica y el Cono Sur. Es por eso es que, cada vez que se menciona a Google y Cuba en las noticias, aparece el rumor de que el anuncio sea el despliegue un cable submarino, aunque todavía ningún acuerdo contempla esa opción.

De acuerdo con Etecsa, hay cerca de diez empresas estadounidenses con acuerdos vigentes en temas de telecomunicaciones. Sin embargo, para que Cuba pueda entrar a la economía digital hace falta un compromiso mayor que los acuerdos de peering o itinerancia que han firmado los operadores estadounidenses. Hace falta una mayor inversión y apertura del mercado, que no parece ser posible mientras siga vigente el embargo.

El bloqueo económico por parte de los Estados Unidos y una sociedad que mantiene un comunismo cerrado como modelo económico parecen poner límites al acceso de los cubanos a la tecnología. Sin embargo, poco a poco se va avanzando y ya es normal ver en las calles de la Habana a los turistas y cubanos accediendo a Internet gracias al despliegue de Wi-Fi y 3G.

La salida de Raúl Castro de la presidencia y los avances en 4G e Internet al hogar muestran una Cuba que está, aún con sus propios límites, intentando modernizar su mercado de telecomunicaciones. Google lo sabe y, por eso, quiere estar allí desde la primera hora en caso de que quienes predican para que Cuba se abra al mundo capitalista (y Estados Unidos rompa el embargo), tengan éxito. Las oportunidades de negocio son más que atractivas en una isla de 11,4 millones de personas con alto nivel educativo y en la que, en materia de telecomunicaciones e Internet, está por hacerse.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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