La consultora Carrier y Asociados indicó que el país cerró el 2010 con un alza en los accesos móviles a internet que se ubicaron en un 44 por ciento dentro del total de conexiones. El crecimiento se explica por la formidable penetración que están teniendo los smartphones y las redes sociales, sumados a las promociones que hacen los operadores para fomentar su uso.
Sebastián Cabello, director de GSMA Latinoamérica, se refirió en un artículo publicado por La Nación, a la importancia de la banda ancha móvil para reducir la brecha digital. “Debido a que la solución móvil es más fácil, más rápida, y significativamente más barata de desplegar que la tecnología fija, es considerada una solución viable para cerrar la brecha digital y traer los servicios de banda ancha al alcance de todos”, señaló.
Sin embargo, hay que advertir que los niveles de crecimiento se verán acorralados si se abren licitaciones que asignen mayor espectro a los operadores. Ya hemos comentado la situación en Brasil y los continuos postergamientos para impulsar el crecimiento del WiMAX. Precisamente, la versatilidad y alcance de esta tecnología permitiría reducir notoriamente la brecha digital, característica común en todos los países de América Latina.
Antes de que termine el 2011, se espera la licitación de las bandas de 850 y 1900 MHz, y durante el próximo año llegará el turno de 700 y 2100 MHz. A futuro, a medida que el apagón analógico avance, se irá liberando la banda de 700 MHz.
Habrá que seguir de cerca el desarrollo de este cronograma para saber cuál será el futuro de la banda ancha móvil en el país y cruzar los dedos para que no aparezca ningún postergamiento. Hasta el momento, el servicio se comercializa más bien como un complemento. Es decir, aquellos usuarios que ya disfrutaban de la banda ancha fija adquirieron un módem usb para no perder la conectividad en ningún momento.
Esto ocurre porque los operadores quieren amortiguar la inversión que el despliegue significa, ofreciendo el producto a un target familiarizado con el servicio y dispuesto a comprarlo sin muchos vacilamientos.
Pero el freno a la reducción de la brecha digital también llega desde las autoridades que suelen demorar las licitaciones de espectro, lo que hace imposible ofrecer el servicio en zonas rurales o de difícil acceso. De esta manera, los entes regulatorios pueden terminar siendo cómplices de lo que en teoría deberían combatir: la brecha digital.