El servicio actualmente es considerado como “un servicio premium” exclusivo para gente de altos recursos, por lo que sus tarifas escapan a cualquier regulación oficial. Es que la legislación ha quedado obsoleta ya que la actualidad nada tiene que ver con el desembarco del celular al país en 1989. En ese entonces, poseer un dispositivo móvil era sinónimo de un excéntrico lujo. Hoy Argentina cuenta con unas 57,8 millones líneas activas, lo que significa una penetración superior al 100 por ciento.
Según publicó Clarín, la oposición citó a las telefónicas y a usuarios para que esta semana se lleve a cabo una reunión en el Senado. La intención es declarar a la telefonía móvil como un servicio público regulado por el Estado.
Lo que proponen algunos congresistas es la fijación de tarifas máximas que resulten justas y razonables en relación con la prestación del servicio y el costo.
“El acceso a la tecnología celular es universal en la Argentina pero el uso es también muy limitado porque las tarifas son prohibitivas. En Argentina el 80 por ciento de los usuarios utiliza servicios prepagos y la mayoría hace en promedio una llamada diaria y cinco mensajes de textos por día. Las altas tarifas limitan completamente el real acceso ala Sociedad de la Información”, explicó la senadora María Eugenia Estenssoro.
Las compañías que operan en el país acordaron mantener congeladas las tarifas de telefonía fija, a cambio de ajustar la móvil que según publica el matutino argentino representa una facturación de 6.433 millones de dólares.