¿Cuándo llegará la hora de compartir infraestructura a la región?

Esta semana la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel) anunciaba los grupos (Claro, TIM, Sky, Oi, Vivo y Soros Fund, a través de su subsidiaria Sunrise) que participarán en la licitación del día 12 de junio para la obtención de una de las bandas espectrales en 2,5 GHz y 450 MHz. De las dos bandas, la primera es la más llamativa porque sería la referente al lanzamiento de LTE en ese mercado. La idea es clara, avanzar con los accesos y capacidades de las redes móviles en vistas a las dos citas deportivas que enfrenta el país en 2014 y 2016, además de cumplir con el cronograma digital del Gobierno, que está buscando fortalecer el acceso a las autopistas de la información.

Los principales operadores no tienen más remedio que participar para asegurarse de que podrán tener espectro para competir con el resto de jugadores. Sin embargo, estas licitaciones y futuros despliegues de red ponen mucha presión sobre los operadores, los cuales además cada vez encuentran más difícil encontrar ubicaciones donde instalar sus antenas y estaciones.

La licitación llega, además, cuando los operadores de Brasil aún no han desplegado sus redes 3G en ese país  de forma satisfactoria, según comentaba a mediados de marzo Anatel. Promediando ese mes, el regulador lanzaba un informe que manifestaba su preocupación por el despliegue de servicios de datos 3G en Brasil. El organismo precisó que la oferta de 3G alcanzaba únicamente al 39 por ciento de los municipios, pero que al observar la cobertura por cada uno de los operadores, se evidenciaba que los despliegues de sus redes 3G avanzaba de forma muy lenta.

Anatel precisaba en marzo que, según datos de fines de 2011, de los 5.500 municipios brasileños, 2.190 contaban con servicios 3G. Decía el regulador en su informe que a excepción de Vivo, que actualizó su red a 3G en el 37 por ciento de las ciudades donde tiene cobertura, los demás operadores iban muy despacio con la actualización de la tecnología. El operador Claro sólo habría desplegado 3G en el 8,55 por ciento de su cobertura en 2011, Oi en el cuatro por ciento y TIM en el 2,5 por ciento.

La situación no ha debido de variar mucho desde entonces y el gasto en nuevo espectro sólo puede debilitar o frenar aún más la expansión de las redes 3G. Por ello, es preciso que la regulación que debe aprobar Anatel durante este mes para que los operadores puedan compartir sitios, según anunció el propio regulador en el mes de marzo, se ponga en marcha lo antes posible y sin demoras.

Y justo esta semana los operadores Vodafone y O2 (filial de Telefónica) en Reino Unido nos recuerdan lo importante que empieza a ser el compartir infraestructura, al anunciar la ampliación de su cooperación en lo que a compartir infraestructura se refiere. Estos dos operadores iniciaron ya algunos trabajos en conjunto en esta materia en 2009, bajo lo que se conoció como el acuerdo “Cornerstone”. Sin embargo, el anuncio de esta semana lleva este acuerdo a cotas más elevadas de cooperación. Ambos operadores han decidido que Cornerstone se convierta en un un joint venture (JV) al 50/50 que se hará cargo de todos sus sitios, de forma que a través de esta empresa ambos operadores puedan acelerar la ampliación de cobertura de sus redes 2G, 3G y LTE.

A través de este acuerdo los dos operadores contarán con 18.500 sitios, lo que significa que cada uno de ellos incrementará su acceso a sitios en un 40 por ciento con respecto a los que tienen acceso por separado en la actualidad. Esto no implicará cambios en la composición competitiva de ambos operadores, que en estos sitios compartidos sólo tendrán acceso a su espectro y manejarán sus redes de forma totalmente independiente.

Analistas coinciden en que este acuerdo era fundamental para poder competir con el JV de T-Mobile y Orange que opera bajo la marca Everything Everywhere.

Y si en el Reino Unido, un país relativamente pequeño geográficamente hablando, tiene sentido compartir infraestructura, por qué en Brasil, que es casi un continente en sí mismo, el debate no se pone encima de la mesa de forma agresiva por parte del propio regulador. Parece incomprensible pensar que Anatel en marzo anuncie su descontento con el despliegue de las redes 3G y que espere que con nuevas inversiones en espectro e infraestructura LTE, la situación mejore, máxime cuando LTE se lanzará en lugares donde ya existe cobertura 3G, al ser las zonas donde, se estima, hay demanda por el servicio y el poder adquisitivo para pagarla.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.