El 90% de las aplicaciones descargadas son gratis; ¿los OTT son una causa perdida?

Seguimos en la búsqueda de una solución a los problemas de los operadores con respecto al cambio en el modelo de negocio provocado por la llegada de la banda ancha móvil, los smartphones y los over the top (OTT). Y esta semana varias consultoras sacan a la luz conclusiones sobre algunas de las piezas que forman parte de todo el nuevo entramado. Entre las conclusiones de esta semana de Ovum, Strategy Analytics y Gartner nos queda la misma sensación que a Einstein cuando se lanzó la primera bomba atómica sobre Japón: si hubiese sabido que me esperaba este panorama como operador móvil con la llegada de la banda ancha, los smartphones y los OTTs, me habría hecho relojero.

Lo primero que los analistas advierten es que el modelo de negocio con los proveedores OTT es de por sí un oxímoron. El modelo pasa por conjugar el competir y el cooperar, ambas a la vez. En este punto está de acuerdo tanto Ovum como Strategy Analytics.

El primer paso para que los operadores puedan moldear su negocio al nuevo escenario es reconocer que los OTT son un peligro para sus ingresos. Una vez reconocida esta amenaza, cada operador debe saber qué lugar puede ocupar en la nueva cadena de valor, pues no todos los operadores tienen los mismos recursos para aplicar una fórmula cooperación/competencia universal.

Tanto cooperación como competencia contra los OTT tiene una ventana de oportunidad que no estará eternamente abierta: de hecho, parece estar cerrándose a gran velocidad. Los analistas de estas consultoras concuerdan, también, en que los operadores que aceptan este modelo contradictorio están mostrando mejores síntomas en sus métricas que aquellos que se resisten.

Sin duda, el segmento de la mensajería es de los primeros en verse directamente afectado por el triángulo OTT, banda ancha móvil y smartphones. Y Strategy Analytics recomienda a los operadores invertir con urgencia en Rich Communications Suit (RCS) para poder competir con una oferta más robusta que la ofrecida por los OTT. Pareciera que RCS sería la solución para retener a usuarios a los servicios de mensajería. Sin embargo, también hay empresas y consultoras que abogan porque los operadores se conviertan en OTTs.

Algunos estudios parecen sugerir que los OTT no están ganando la partida a los operadores por el precio, que es casi inexistente, sino porque los servicios de mensajería son mejores en cuanto a la facilidad de uso que los ofrecidos por los operadores a través de SMS o MMS. Sin embargo, hay operadores que han lanzado sus propias alternativas OTT, como Tu Me de Telefónica, o Bobsled de T-Mobile con diferentes grados de éxito. Estos operadores parecen querer entender mejor a su enemigo, mientras a la vez invierten en mejorar su sistema de mensajería a través de RCS, como en el caso de los operadores españoles con Joyn.

Peor puede ser que el problema, en realidad, sea más serio si se demuestra que una vez que ciertos servicios se han ofrecido de forma gratuita, facturar por ellos parece una tarea titánica. Un nuevo estudio de Gartner asegura que el 89 por ciento de las aplicaciones que se descargan a través de tiendas de aplicaciones son gratuitas. Es decir, se espera que en 2012 se descarguen 45.600 millones de aplicaciones en todo el mundo de las cuales 40.100 millones serán gratuitas. Y la mayoría de aplicaciones de pago, el 87,5 por ciento, cuestan entre 0,99 y 2,99 dólares. La suma de ingresos total es elevada, pero sólo se divide entre un número limitado de jugadores, y conseguir trasladar los beneficios a todos los operadores y desarrolladores ahora parece imposible.

Cuando se inició la fiebre de las aplicaciones, algunos operadores se embarcaron en la creación de tiendas de aplicaciones que imitaban al App Store de Apple sin mucho éxito que digamos. Las cifras de Gartner demuestran que competir en el segmento de las aplicaciones requiere de grandes volúmenes para poder tener una oferta gratuita que fomente la compra de aplicaciones de pago. Por otro lado, para las aplicaciones gratuitas, los desarrolladores buscan generar ingresos con otras alternativas relacionadas a la aplicación, como por ejemplo publicidad, o compras dentro de las aplicaciones —comprar crédito para liberar el siguiente nivel en un juego, por ejemplo—.

En definitiva, las inversiones para competir con algunos OTT no parecen tener justificación a día de hoy si no se tiene la certeza de poder recuperar la inversión —por ejemplo invertir en RCS—, y tampoco parece tener sentido asociarse a ciertos OTTs cuando su volumen de negocio no es suficiente para repartir entre todos. Así pues, es posible que los operadores estén mirando hacia el sitio equivocado, prestando atención a servicios que, parece, serán sólo un valor añadido a la oferta del acceso. Si la realidad parece dictar que hay servicios que van a tender a valer cero, y estos servicios resultan ser los tradicionales, la pregunta que debe hacerse es ¿existen otros segmentos que puedan aportar a los operadores el ingreso perdido por los servicios tradicionales cuyo valor se ha esfumado? Y de allí, la siguiente discusión es si merece la pena seguir dándole vueltas al fenómeno OTT, o si sería mejor dejarlo y buscar nuevas alternativas en segmentos que valoren determinados servicios de comunicación móvil y estén dispuestos a pagar por ellos.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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